Adrian Ghenie
El confinamiento, internamiento o arresto domiciliario motivado en la pandemia del Covid-19 ha desatado una furiosa necesidad de estar en contacto: whatsapp, llamadas, videollamadas, aplausos colectivos... Eso y la insuficiencia de esa comunicación provoca angustia, cierta ansiedad, y el deseo de aislarse un tanto para observar la realidad y meditarla.
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