Hace cinco años que creé este blog, y me parece esta vez una cifra bastante redonda como para mencionarla. Lo hice en un momento de eclosión de éstos, al menos en un determinado círculo, y he asistido progresivamente a su decadencia, manifestada no tanto en el descenso de visitas (en lo que se demuestra lo ficticio de sus seguidores) como en la práctica desaparición de los comentarios; fenómeno este al que he encontrado explicación tras acceder a Facebook, y ver cómo funciona esta red social. El blog sobrevive, pues, en el dominio de lo especializado, algo no apto para la naturaleza instantánea de Facebook, centrada en lo visual, de lo que es prueba sus limitaciones en la edición de textos, aun mayores que en blogger.
He utilizado y utilizo actualmente el blog como un medio de mantener alerta mi creatividad poética, y mi atención al mundo del arte, aunque es verdad que lo visito menos que antes; estoy encontrando, no obstante, un equilibrio entre la obsesión mesmerizante en que puede convertirse la visita a Facebook y la fidelidad a este medio, siempre más rico en sugerencias e inspiraciones.
Ilustración: Charles Demuth