Yulia Biriukova [Spencer Alley blog]
"A sus cuarenta años se había hecho ya con un cierto nombre y clientela en su asesoría, en la que trabajaba con su marido. Apretó los dedos de los pies en sus zapatos de medio tacón; las piernas le pesaban un poco. Años y años de actividad incansable, de triunfos, fracasos, e infinita paciencia con lerdos clientes no parecían aún haber hecho mucha mella en el cuerpo y la personalidad de Leonor, que pasó un dedo sobre el cuello en V de su traje sastre, e hizo una ligera presión con la palma de la mano sobre el botón de la americana, que cubría elegantemente sus generosas caderas". Leonor Azutamenti, abogada competente y decidida, realiza una llamada telefónica a su cliente Marichu Fielato, justo antes de su desaparición, para preguntarle por la extraña venta que ha realizado de su piso sin su conocimiento.
Preocupada por la suerte de Marichu, contacta con su rastrero sobrino, Manuel Fielato, y luego con la notaría donde se realizó la transacción. Asustada, descubre que todas las pistas confluyen en un nombre: Agar Labasú.
Pero Leonor no se detendrá ahí...