MEMORIA MÉTRICA

Miscelánea del escritor JOSÉ MIGUEL DOMÍNGUEZ LEAL

sábado, 30 de agosto de 2014

SALTO DE AGOSTO




Se acaba agosto, y septiembre, muro impalpable, se dejará atravesar como hacen los átomos invisibles. Con él morirá la ilusoria pausa del verano, y traerá, rencoroso, los afanes del trabajo redoblados. Sólo que uno ya no es el que era (si alguna vez lo fue, o dejó de serlo); las manos crecen agónicas hacia el futuro abovedado, y la cólera y la ansiedad me hacen señas antes de salir a escena; las fogatas arden en las orillas, entre músicas presentidas, y floto sobre las aguas bajo un cielo misericorde: las travesías de la noche son la pausa prometida, el lugar de la creación, y la sospecha, la cosecha de lo invisible. Hic sunt leones.  


Ilustración: Tullio Crali.


domingo, 17 de agosto de 2014

EL "MANUSCRITO ENCONTRADO EN ZARAGOZA" DE JAN POTOCKI (versión de 1804) (II)




La versión de 1804 de la novela de Potocki, escrita en un francés de extrema riqueza y elegancia, no es un esbozo de la versión de 1810 -señalan los editores Rosset y Triaire-, sino una obra autónoma, aunque inacabada, frente a la de 1810, que sí ofrece un final a las peripecias del oficial Alphonse Van Worden, a la par que una atenuación del erotismo y del relativismo religioso, notables en la versión de 1804, junto con una consolidación del sustrato histórico, y una reorganización de sus grandes ciclos narrativos, que ya no se mezclan y encapsulan hasta una quíntuple mise en abîme como en la versión de 1804, sino que se suceden.
La base temática de ambas versiones es, empero, la misma: la historia de un joven oficial, Alphonse Van Worden, educado por un padre experto duelista en un rígido código de honor, que de camino a Madrid para ponerse al servicio del rey de España hacia 1739, atraviesa Sierra Morena, en uno de cuyos albergues pasa la noche; allí es despertado por dos princesas moras, que se presentan como sus primas, y le prometen que se desposarán con él si cumple el destino de su familia, los Gomelez; el joven se despierta de tan deliciosa velada bajo el patíbulo de dos bandoleros ahorcados; comienza ahí para el oficial celoso de su honor una especie de viaje iniciático circular por una Sierra Morena mágica, donde encontrará una serie de personajes (eremitas, endemoniados, inquisidores, cabalistas, geómetras, gitanos, moriscos y alguna figura mítica y altamente simbólica como el Judío Errante -eliminado en la versión de 1810-), que, en sus sucesivas y entremezcladas historias, ofrecen una summa de los ámbitos de conocimiento atesorados por la Ilustración a finales del siglo XVIII, guiada por un principio de sincretismo religioso, filosófico y, cómo no, literario, como esclarecen los editores: "El Manuscrito hallado en Zaragoza integra los grandes modelos que alimentan, en su conjunto, las extraordinarias innovaciones formales tan características del género en el siglo XVIII: el cuento oriental y su estructura de intercalación, la novela picaresca, el relato de viajes, el libro de memorias, el diálogo filosófico, la novela epistolar, etc. La síntesis de estos diferentes modelos sólo puede llevarse a cabo en un acto de comunicación literaria plenamente realizado y representado en el interior de la obra bajo el régimen de lo que se llama el segundo grado o ironía". Es con esa ironía con la que uno de los personajes de la novela, el geómetra Velázquez, hijo él también de un padre riguroso e insobornable, esta vez en el terreno de la ciencia, protestará a la altura de la cuadragésimo quinta jornada de la versión de 1804 por la complicación de las historias que les cuenta el gitano Avadoro, que, como muñecas rusas, van desplegándose en el laberinto galante y pícaro de un feneciente siglo XVII español. Tal ironía desborda también en la actitud del propio Potocki, erudito amargado, que como uno de los personajes de los intrincados e imbricados relatos de su novela, el sabio Diego Hervás, tuvo en su juventud la ambición de abarcar todos los conocimientos de su época, y lleva a su criatura de ficción a componer una inmensa enciclopedia que termina devorada por las ratas, y a terminar su vida en el desengaño y el escepticismo.
Una de las recreaciones más notables de la obra de Potocki fue la realizada por el cineasta polaco W. J. Has en 1964, y restaurada en su integralidad en 1996 gracias a los buenos oficios de Martin Scorsese. El film de Has recrea doce de las historias del libro original, aunque su reduccionismo de conjunto sea quizás más achacable al tono de comedia burlesca que se le quiere dar a la obra, tan empobrecedor como la etiqueta de literatura fantástica de la crítica literaria de otrora. No obstante, sigue siendo admirable, por lo turbadora e imaginativa, la puesta en escena de la película, y la ambientación músical de K. Penderecki, que mezcla la ironía al recrear la novena de Beethoven, con la ligereza elegante de una música barroquizante y el retruécano de efectos electrónicos truculentos.







Ilustraciones: fotogramas del fin de W. J. Has.


lunes, 11 de agosto de 2014

EL "MANUSCRITO ENCONTRADO EN ZARAGOZA" DE JAN POTOCKI (versión de 1804) (I)




"En 2002, Dominique Triaire y François Rosset, dos investigadores lanzados sobre las huellas del excéntrico conde polaco Jan Potocki, descubren seis manuscritos mal clasificados en los archivos de Poznan (Polonia). El estudio minucioso de esos documentos les permite establecer un hecho increíble: no existe una, sino dos versiones al menos del Manuscrito encontrado en Zaragoza. Esta obra culta, escrita en francés, fue por mucho tiempo considerada como una joya de la literatura fantástica, y fascinó a generaciones de escritores, de los románticos a los surrealistas. Ahora bien, ¡nadie ha leído nunca más que bajo una forma troncada o amalgamada, en un patchwork infiel, los textos originales!
Comenzado antes de 1794, reescrito durante cerca de veinte años hasta el sucidio de su autor, el Manuscrito encontrado en Zaragoza, en principio barroco, pletórico, y libertino (versión de 1804), fue de seguido enteramente modificado y terminado bajo una forma más seria y enciclopédica (versión de 1810). La doble obra maestra de Potocki, cerca de dos siglos más tarde, puede por fin ser leída".

Así se presenta en la edición de Flammarion de 2008 uno de los mayores descubrimientos literarios de comienzos del siglo XXI. Para los admirables editores Rosset y Triaire estamos ante una novela que "reúne en una formidable síntesis las experiencias humanas e intelectuales de un ser en búsqueda perpetua de respuestas a las preguntas más graves que formula la condición de los hombres en la historia, en la infinita diversidad de las culturas, en el cruce de las creencias y los ritos. Un texto cuya escritura se inicia como un inofensivo pasatiempo en medio de los trabajos encarnizados del Potocki sabio, y que terminará por obsesionar los veinte últimos años de una vida, ella misma de lo más novelesca". Efectivamente, Potocki , nacido en el seno de una familia aristocrática polaca en 1761, fue educado en Suiza, y devino militar, arqueólogo, historiador, etnólogo, al par que erudito multidisciplinar y viajero infatigable. Es así que al hilo de sus viajes, recorre España de marzo a junio de 1791, recopilando una serie de materiales, imágenes y vivencias que serán esenciales para su novela, antes de pasar a Marruecos el 1 de julio, donde permaneció tres meses. Enfermo y desilusionado de sus esperanzas de promoción mundana y de reconocimiento académico, puso fin a su vida en 1815.
La obra, al no haber sido nunca conocida más que en forma fragmentaria, ha sido considerada tradicionalmente como uno de los textos precursores de la literatura fantástica, aunque, como señalan los editores, "lo fantástico, como varias otras tonalidades que resuenan en la obra conjuntamente, es radicalmente puesto en duda, hasta incluso negado, por el uso de la parodia y el empleo de diversas estrategias de dispersión del sentido" (como la organización del texto en jornadas, y la técnica de las historias dentro de la historia). La extrema riqueza del texto vuelve, pues, desfasada toda categorización reduccionista.
Se ha aludido arriba al carácter de las dos versiones, la de 1804 y la de 1810 -de la que la editorial Acantilado ha publicado una traducción-, que según los editores responden a "las dos tendencias contradictorias que no han dejado de animar simultáneamente las acciones, los pensamientos y los trabajos de su autor, siempre dividido entre el rigor ordenador de la razón y abundancia desordenada de la imaginación", constituyendo dos versiones autónomas de una misma obra, considerada como corolario de la Ilustración europea.

sábado, 2 de agosto de 2014

"BESTIOLA" DE HIDROGENESSE: ALGO MÁS QUE UN GRUPO POP




A mi edad me parecía fuera de lugar hacerme fan de un grupo musical, pero ha ocurrido. Todo empezó el año pasado durante la larga convalecencia a la que tuve que someterme. En el sitio youzeek empecé a buscar música antigua que hubiera escuchado; así, La mode me llevó a Vainica doble, éstas a Carlos Berlanga, y éste al para mí desconocido Hidrogenesse. Su extravagancia estética me provocó reparos al principio, pero he aquí que una de sus canciones, No hay nada más triste que lo tuyo, me cautivó por su melodía y su humor, y empezó a resonar insistentemente en mi cabeza como una especie de mantra liberador de las angustias que me aquejaban.
Bestiola (2008) es un disco muy peculiar dentro de la producción del dúo barcelonés; aparecido un año después del magnífico Animalitos (2007), está concebido como un continuum musical de 39 minutos, formado por temas descartados de sus grabaciones anteriores, y nuevas versiones de canciones ya grabadas como Schloss y Fuig llop fuig llop fuig del álbum Animalitos, y Vuelve conmigo a Italia del disco recopilatorio Lujo y miseria. Como afirman Segarra y Ballesteros, el disco se aparta de las exigencias de un disco de canciones pop, y se permite recrearse con la experimentación con las melodías, armonías y la instrumentación. Resultan, pues, de lo más atractivas las logradas transiciones entre tema y tema, así como la sabiduría musical atesorada por el grupo en sus directos, que se manifiesta en la extraordinaria versión de Schloss, con sus impresionantes escalas, tan distinta de la del disco del 2007; igual que los nuevos arreglos para Vuelve conmigo a Italia, elevado a la altura de verdadero himno.
La creatividad melódica que caracteriza a Segarra queda en este extraordinario disco realzada por los aciertos armónicos de esta obra singular que fluye llena de matices tímbricos, donde no faltan las reminiscencias electrónicas kraftwerianas, e hitos líricos que se cierran con la antológica pieza instrumental Pianola, y una vuelta a la melodía inicial de Bestiola con variatio, en una estructura en anillo, Ringkomposition, que materializa la perfección sin fisuras de la obra.