Denn mein Herz gehört den Toten an!
"Mi corazón pertenece a los
muertos", dijo el poeta;
el mío no tiene siquiera sustancia que
ser transmitida.
Los muertos egregios son literatura,
espejo de cuervos,
y honra de horas petrificadas en vaso de
cieno.
En cambio, mi yo vagaroso se queja del
mínimo mundo,
de sus certezas de voces unánimes hacia
la nada.
Ilustración: Gianni De Conno