Tras dejar el teatro en el extremo noreste de la ciudad, Saraina y sus amigos toman un rumbo suroeste para llegar al forum boarium ("mercado de bueyes"), en la época del autor llamado Abrà, y en la actualidad piazza Brà, para contemplar los restos del anfiteatro romano, llamado entonces y ahora Arena. Allí encuentran al pintor y grabador Carotto realizando mediciones para realizar un grabado de éste; el artista les explica las dimensiones y características del edificio originario a los paseantes, quienes hacen una digresión sobre el origen de la Arena. La descripción de Carotto resulta extremadamente minuciosa y precisa.
Nosotros tomamos desde el hotel el mismo rumbo que Saraina refiere en 1540, y llegamos a la piazza Brà, no recorriendo burgos imprecisos como el cronista veronés, sino a través de la elegante via Mazzini. Quedé realmente impresionado, y un poco espeluznado de ver una mole que correspondía casi exactamente a la trazada por Carotto, muro exterior semiderruido inclusive. La impresión que produce la Arena es casi mayor que la del anfiteatro de Arles, encajado en la angustura del terreno. Aquél ocupa un sector de una amplia y bella plaza, circundada de edificios de varios colores. Dejamos para más tarde la visita al interior de la Arena, que en verano alberga numerosos espectáculos operísticos, dado lo apretado de nuestra agenda. Decisión que luego lamenté, ya que no tuvimos ocasión de volver. Para otra ocasión quedará, pues, que haré todo lo posible porque sea pronto.