El 5 de septiembre pasado, un día después del acto de presentación de mi edición de Torello Saraina en Verona, Silvano Bassi, consocio de la Associazione per gli Studi Folenghiani "Amici di Merlin Cocai", y su esposa Anna realizaron uno de los sueños de mi vida al llevarme a visitar Mantua, la patria de Virgilio y de Teófilo Folengo. Aproximándonos al centro de la ciudad, Silvano, mantuano de nacimiento tanto él como su esposa, me indicó lo que queda en la actualidad de Cipada, antiguo burgo de Mantua donde fray Teófilo situaba el nacimiento de su sosias macarrónico, Merlín Cocayo, ahora reducido a recinto industrial.
Ya en la ciudad, visitamos el monumento construido en honor de Merlín Cocayo.
Luego, Silvano me llevó a visitar la Basilica di Santa Andrea, donde se encuentra el sepulcro de Andrea Mantegna, de cuyo arte se encuentran todavía muestras en el Palacio Ducal.
Silvano me llevó acto seguido a la Piazza delle Erbe, donde destaca la Rotonda di San Lorenzo,la iglesia más antigua de la ciudad del siglo XI, la contigua Torre dell'Orologio, la llamada Casa del Mercante, y el Palazzo del Podestà.
En el pórtico bajo el Palazzo della Raggione fotografió Silvano el escudo existente de la familia Folengo.
Silvano me mostró, y me hizo gustar, otra de las maravillas de esta plaza, el aperitivo Caravatti, en la casa del mismo nombre, cuya receta fue intentada comprar en vano incluso por Martini.
En la trasera del Palazzo del Podestà se encuentra la famosa más antigua imagen medieval de Virgilio (al que se atribuían virtudes taumatúrgicas), que se encontraba medio oculta por unas obras de restauración. Silvano tuvo luego la amabilidad de enviarme luego una foto sin andamios.
Nos encaminamos más tarde a la Piazza Sordello, donde se encuentra la Cattedrale di San Pietro y el Palacio Ducal, en cuyo interior visitamos la Basilica Palatina di Santa Barbara, con un hermoso órgano, que fue instrumento de varios antepasados de Silvano. Cuando ya desesperábamos de encontrar más rastroso o conocimientos sobre Folengo en dicho palacio, descubrimos un graffiti en una columna con la traducción de un epigrama macarrónico de Folengo, De Benaco.
Discurrimos por estos parajes hablando sobre Folengo y la pasión bibliófila del bueno de Silvano, quien concluyó su amable guía junto a su esposa Anna llevándome a lo que fue antaño la casa de los Folengo en Mantua. A ellos quiero reiterarles desde aquí mi eterno agradecimiento y mi deseo de volver a verlos. Silvano e Anna, vorrei ringraziarvi di nuovo nella voglia di rivedervi in aprile.