Esta tarde salí con la cabeza como un bombo del instituto después de "gestionar" -como dicen los pedantes- una última clase de cerca de una treintena de 'preadolescentes' en ebullición. Después de una breve siesta dada para ver si me recuperaba del dolor de cabeza, me despierto oyendo en la radio que el ministro del ramo propone elevar la edad de escolarización obligatoria hasta los 18 años. Mi primera reacción fue pensar cuántos años me caerían si me colara en el ministerio con una metralleta y me cargara a los que se han cargado, a su vez, la enseñanza pública. Tras recobrar la serenidad, vi que esta medida demagógica, que sólo pretende atenuar temporalmente las cifras del galopante fracaso escolar y del paro juvenil, convertiría a los centros, -"guarderías levemente informatizadas" a decir de la extraordinaria Mercedes Rosúa, cronista privilegiada de la destrucción de la enseñanza española. Con tres palabras definió la vida española desde la Transición, "tiempo de chantaje"-, con su carga de objetores escolares a partir de los 14 años, en auténticas ollas a presión de inviable manejo. ¡Convertir nuestro ya raquítico bachillerato, el más corto de Europa, en un 5º y 6º de ESO, a mayor gloria de la funesta LOGSE-LOE del centenario partido! Dicha ley, que copió el modelo de la "escuela comprensiva" cuando ya estaba demostrando su fracaso en Inglaterra, obliga a escolarizar juntos por edad a los alumnos, sin permitirles a éstos opciones o itinerarios adaptados a sus intereses, que ya están en gran medida claros a los 14 años, condenando a muchos al hastío, y al resto a la tiranía de los boicoteadores de aula ¡Generaciones sacrificadas en el altar de un dogma pedagógico! Y ahora que me llamen 'segregador' y 'elitista' algun@s de es@s grotescos hombres-anuncio de ideologías liberticidas que se pasean por los centros: La realidad es terca, y tenemos, por primera vez en la historia de España, una generación que cuenta con menos titulación que la anterior.
Ahí va un pequeño poema en desagravio:
ALUCINACIÓN LECTIVA
A José HierroSombra hormiga,
dudosa cortina,
rareza del viento
ensortijado.
Carnaval violento
entre épicas de silencio.
Hay hambre de rima
¡Ja!
y un tedio enamorado.