MEMORIA MÉTRICA

Miscelánea del escritor José Miguel Domínguez Leal

miércoles, 30 de diciembre de 2009

VACACIONES DE INVIERNO




En los primeros días de estas vacaciones que he estado enfermo en cama he revisitado las "Vacaciones de invierno" de José Manuel Benítez Ariza. El tiempo más laxo de estas vacaciones, que se expande por las costuras de la rutina, junto al recuerdo del Benítez niño recluido en el hospital -del que no debo excluir probablemente la autoconmiseración por mi estado-, me han llevado a revisar esta novela. En ella, Benítez Ariza narra un episodio traumático de su infancia (caída de una bicicleta a los 11 años con fractura de mandíbula, consiguiente operación y prolongada convalecencia en un hospital de Cádiz capital), que el autor recrea de una manera extraordinariamente evocadora. JMB tiene la notable habilidad de tomar los elementos huidizos y entreverados de sueños, propios de los recuerdos del llamado territorio mítico de la infancia, y conseguir aglutinarlos, fijarlos, secuenciarlos y ofrecérnoslos llenos de colores y matices en un vistoso super 8 literario (esas películas de super 8 que los niños de entonces veíamos entonces sobre sábanas, paredes blancas o cualquier superficie improvisada). Traigo a colación el símil del añorado proyector de super 8 porque otro de los logros de la novela es la evocación que hace JMB del paisaje infantil de entonces: los mádelmans, los triquitraques (que ahora me parecen casi un mantra al pronunciarlos), los soldados de sobre, los tebeos... Todo esto me ha hecho recordar mi infancia. No dudé en apuntarme, dentro de su clasificación de niños, a la segunda clase, la de los apocados (a la que había que añadir en mi caso el inri de gordito, y mi torpeza para el fútbol, lo que te convertía en un verdadero paria). Yo era un niño que no salía mucho de casa (para satisfacción de mi madre e indiferencia de mi padre), siempre rodeado de tebeos, y dibujos. Me llegó al alma su descripción del intercambio de tebeos al que yo era muy aficionado en la época. Imagino que JMB leería también el Guerrero del Antifaz, el Jabato, y a los superhéroes Marvel en los tomos blanquinegros de la editorial vértice. Aparte, empero, de los recuerdos que pueda traer a cada uno, JMB, dotado de una exquisita sensibilidad en lo personal y lo artístico, trasciende esta mera evocación de objetos y ámbitos preteridos, y construye una obra unitaria y trabada, que sabe conjugar la perfecta y detallada descripción de ambientes (el hospital que él siente latir como si fuera un organismo) con una sabia recreación de personajes. Así, consigue hacer inolvidables y entrañables el retrato literario de su padre y su "campechanía irresponsable", el del ambiguo celador Germán, y el del endiablado Javierito, así como el de la opulenta enfermera Lola, objeto de unos primeros interrogantes viriles. La interacción de estos personajes es fluida dentro de una trama que no carece de peripecias cautivadoras (como los paseos nocturnos del niño convaleciente o las aventuras en la sala de juegos) a pesar de que podría presagiarse inicialmente como estática. JMB ha reconstruido, en fin, un paisaje de su propia memoria, y nos lo ofrece para que lo guardemos en algún lugar de la nuestra. Creo que ya no podré estar en un hospital sin intentar reconocer a algún Germán, alguna Lola, o, incluso, a alguna vieja Maruja.
Feliz año 2010 a todos vosotros, amigos.

sábado, 26 de diciembre de 2009

LA VISITA DEL ÚLTIMO FANTASMA




Me había propuesto leer este año A Christmas Carol de Dickens por estas fechas, y lo terminé precisamente ayer, día de Navidad. Pienso que tras este clásico de Dickens nadie puede permanecer indiferente ante la Navidad, al haberse convertido en un logrado símbolo de su esencia. Esa "segunda oportunidad" dada al mezquino avaro puede parecer ingenua, gratuita y -si cabe la paradoja- irreal, pero creo que los tres Espíritus representan en el pensamiento de Dickens los recovecos ocultos de nuestra conciencia moral, a la que un recuerdo inesperado (asociado al pasado o incluso al futuro a través de las ilusiones frustradas) puede hacerla despertar aunque sea un momento. Hombre de una infancia soñadora -lo que puede explicar su regusto en la detallada descripción de la cena de Navidad y los juegos infantiles-, recorría las calles de Londres de noche (¡esas calles de Machen!) buscando inspiración, y confesó que había llorado y reído mucho escribiendo esta obra. Ciertamente, en ella son constantes la irrupción de su yo en la narración en tercera persona, y su genio literario, junto con una percepción -o mejor dicho, vivencia- íntima del "espíritu navideño"- hace que su escrito no caiga nunca en el sentimentalismo simplista (Se dice que una delgada línea puede separar lo sublime de lo ridículo).  Emociona su maestría en el manejo de la "ironía trágica" en la visita del última fantasma, el de la Navidades venideras: el lector se da cuenta desde el principio, mientras que el señor Scrooge no lo hace hasta hallar su propia lápida, de que ese difunto al que nadie quería y todos despreciaban a pesar de su riqueza, es él mismo. Scrooge, reformado, intentará trasladar ese espíritu navideño a todo el año, espíritu que no existe -y esa es otra gran lección (cristiana) del libro-, si no nos dejamos ilusionar como niños.
Frente a tanto Scrooge enemigo de la Navidad que hay hoy en día y que representan, desgraciadamente, los signa temporum, uno siente el deseo inveterado de felicitarles la Navidad tal como hacía siempre el sobrino de Scrooge con su tío, a pesar de sus comentarios desdeñosos, que en nuestros tiempos políticamente correctos quizás se traducirían en unas "felices fiestas de invierno".
God bless Us, Every One!

jueves, 24 de diciembre de 2009

POEMA NAVIDEÑO IMPROVISADO

Valga este poema que acabo de improvisar como una muy querida felicitación de Navidad para todos vosotros, amigos.



VIEJO BELÉN


Monto despacio mi viejo Belén

con sus figuras acurrucadas,

la Virgen, el Niño, las bestias, José,

que es lo mínimo que se despacha.

Para pastores no tengo lugar,

y para los reyes el hueco me falta.

Virgen y vaca pegadas están,

más una oveja que se colara.

José vigila con su candil,

-no ‘san’ José pues aún no lo es-

y enchufo la luz que está incorporada,

e imita un fuego de leña vivaz

sobre la madera conglomerada.

Mi corazón se llena de paz,

como si acaso participara,

al volver a encender esta luz,

en el Misterio que a todos nos salva.

lunes, 21 de diciembre de 2009

LA MÚSICA DEL NUEVO ROC


Soy amante del viejo ROCK, y, por eso, no me gusta nada el nuevo ROC. La única solución que ha encontrado la Casa de Discos para sacarnos de la cola de los 40 principales es convertirnos en rockeros de tercera. No me gusta que me quiten el control de mi instrumento. ¿Por qué tiene que haber otro, que no sabe tocar el mío, que me diga cómo tengo que tocarlo? ¿Me obligarán a tocar otros instrumentos? ¿Por qué tengo que rellenar cada vez más papeles para hacer mi música? Se le quieren dar al director de la banda poderes extraordinarios para sancionarme, si le parece, y, llegado el caso, a contratar a quien le venga en gana.  He estudiado muchos años, y no fue fácil entrar en la banda. Esto me parece engañar al público joven, que lo que necesita es escuchar mejor música, no la facilona que programan desde la Casa de Discos. No es de extrañar que ese público nos abuchee y nos tire cosas: presienten, en su aburrimiento, que esta gira es un camelo y que se les podría dar más. Recuerdo que cuando me metí en esto de la música, fue por amor a ésta y que esperaba obtener satisfacción y reconocimiento al transmitir el dominio del instrumento que había logrado tras largos años de estudio. Pensar en ello me parece ahora una burla, ahora que vivo temeroso de si envían a algún ejecutivo de la Casa de Discos para verificar que mis partituras se ajustan a lo que ellos consideran la música adecuada. Mientras, sólo prosperan los que no saben más que tocar de oídas, y sustituyen el arte por la hueca palabrería.
Si no os suena ni la letra ni la música, amigos, ahí va el manifiesto de unos que tocan mucho mejor que yo:

Los/as profesores/as de enseñanza secundaria abajo firmantes queremos expresar nuestra indignación y total rechazo al Documento de Propuestas para la nueva Organización de los Institutos de Educación Secundaria, Reglamento de Organización de los Centros, propuesto por la Consejería de Educación y presentado el 15 de noviembre en Málaga.

Nos llama la atención que hayan utilizado para el “debate” un borrador rechazado por la mayoría del profesorado. Aún nos llama más la atención la selección de participantes para el “debate”: cargos políticos de la consejería y sus delegaciones provinciales, inspectores, directores, gran número de orientadores y liberados sindicales, otros sectores de la comunidad educativa, y, para completar aforo, un exiguo número de profesores/as. Interesante y abierto debate, cuyas conclusiones podemos imaginar. Parece que se busca contentar a determinados sectores antes que responder a criterios profesionales y pedagógicos.
La organización de los Departamentos que se propone en ese borrador supone un abandono sangrante de los criterios científicos y académicos en los que se ha venido sustentando nuestra profesión desde hace muchas décadas. El agrupamiento de materias diferentes en un mismo Departamento no parece tener ningún fundamento pedagógico y supone una pérdida de nivel en la enseñanza, con el único objeto de suprimir la especialización del profesorado. Creemos que la existencia en los institutos de Departamentos de cada asignatura es enriquecedora para el alumnado y no un problema, como quiere hacer creer la Consejería. De hecho son muchas las vocaciones científicas e investigadoras, literarias, artísticas y humanísticas, que se han despertado en nuestros institutos a la sombra de esta división clásica e histórica de los saberes como para querer borrarlas de un plumazo.
Nos sorprende asimismo la denominación del Departamento “Cultural, Artístico y Deportivo” (parecida a la de algunas de las peñas recreativas culturales artísticas y deportivas repartidas por nuestra geografía andaluza) y la creación de un Departamento de “Formación e Innovación Educativa” en claro seguimiento y, a la vez en competencia, con las atribuciones de los CEPs.
Queremos enseñar y, en la medida de lo posible, contribuir a la educación de nuestros chicos y chicas pensando en su mejor futuro y en el mejor también de nuestra Comunidad Autónoma. Somos profesores y profesoras licenciados/as en nuestras especialidades y no burócratas, ni enciclopedias andantes, ni divulgadores superficiales de un pseudo saber. Por eso pedimos la retirada de esta propuesta que consideramos un paso más en el deterioro de nuestro sistema de enseñanza pública.

P.S.: Este manifiesto, firmado por 174 profesores de institutos de Cádiz capital (entre los que tengo el honor de contarme), fue publicado en el Diario de Cádiz el 22 de diciembre de 2009.


viernes, 18 de diciembre de 2009

BLOGÓMETRO


Hoy se cumplen dos meses y un día desde que creé este blog. Lo hice sin tener una idea muy clara de lo que pretendía, y, la verdad, es que sigo sin tenerla. Aún no me noto del todo "suelto", mas todo se andará. Me parece este medio un instrumento ideal para la satura en su sentido primitivo de mezcla de géneros y estilos. Si Petronio viviera en esta época creo que muy probablemente sería bloguero. Por otra parte, la fecha de dos meses se me ha quedado en la mente por los comentarios de J. M. Ridao sobre los dos primeros meses de vida de su blog "por estos andurriales". Y hace 46 días que instalé un contador de visitas que procuro que no me obsesione demasiado. No son muchas visitas, pero ya algunas acumulo, teniendo en cuenta que yo era muy conocido en mi casa a la hora de comer (y eso cuando voy). Procuro, por otra parte, ser un hombre metódico, y buscar un espacio cotidiano para el cultivo de este blog -sea siquiera para visitar blogs que me gustan-, lo que no deja de ir en detrimento de otras cosas, como mi tiempo de lectura.
En dicho tiempo, procuro mezclar la lectura de libros en español con la de otros escritos en las lenguas que conozco (no las diré para no resultar pretencioso), intentando no agobiarme demasiado con la pila de éstos que tengo pendiente, aunque, eso sí, si me prestan libros, me apuro en leerlos y los devuelvo sin rémoras. Estoy leyendo ahora una edición bilingue inglés-francés del Christmas Carol de Dickens que compré en París hace un par de años, y me está esperando una edición prestada de "Ortodoxia" y "El hombre eterno" de Chesterton en un solo volumen de Porrúa. Mi amigo tiene el libro lleno de anotaciones personales lo que le da aún más valor. Leí hace muchos años "Ortodoxia" en inglés, y pido a Dios que este reencuentro sea tan fructífero como en aquella primera ocasión. He llegado a una edad en la que me parece que las mayores sorpresas, 'temor y temblor' me la darán los libros. Así, el sopor nocturno me sorprende leyendo poesía. No pensaba concluir esta entrada con un poema pero ahí va:




LIBROS

Los libros que quedarán aquí cuando muera, los libros

que ya no veré volverse amarillos en mi librería,

se dispersarán, propiedad transmitida al túnel del tiempo

que no me toca. Sombra borrada de sus solapas

seré, envidioso de esa materia perecedera,

sapiente y silente imagen de lo que vivir esperamos,

cuyo destino, empero, creemos distinto del nuestro.

Difícil es, pues, pensar en otra vida sin libros.

Fuera del tiempo, la sabiduría fluirá de otro modo,

libre de tapas y de Babeles que historian al Hombre.




miércoles, 16 de diciembre de 2009

HOMO UNIVERSALIS (paradoja moderna -ficticia, claro está-)


Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer en un centro de enseñanza. Un profesor de guardia entra en un aula de ESO a la que ha faltado el profesor correspondiente. Los alumnos están haciendo diversas tareas. Una alumna le pregunta: "Profesor, ¿cuál es la diferencia entre lenguaje formal e informal?".
El profesor se queda pensando un momento un ejemplo que considere comprensible para la chica. Entonces, una compañera comenta: "Déjalo, no es de lengua".
El profesor se siente un poco picado en su amor propio, y da una explicación correcta en el acto. Desde ese momento, se dedica a ir de mesa en mesa ayudando a los alumnos con sus diversas tareas (inglés, sociales, lengua...).
Un grupo de chicas tararea la letra de una canción de moda contra el maltrato que le han dado en el Centro.
La chica que hizo el comentario del principio llama a su mesa al profesor. Éste acude solícito y la joven le señala con un largo dedo un ejercicio que dice: "Busca ejemplos de abuso de frases hechas en el texto". "Profesor -le pregunta la alumna-, ¿qué quiere decir 'abuso'?".

sábado, 12 de diciembre de 2009

LOS VISIONARIOS (II). TIERRA DE TARKOVSKI





"Cuando el cine no es documento, es sueño. Por eso Tarkovsky es el más grande de todos. Se mueve con una naturalidad absoluta en el espacio de los sueños; él no explica, y además ¿qué iba a explicar? Es un visionario que ha conseguido poner en escena sus visiones en el más pesado, pero también en el más solícito de todos los medios [...]", decía Ingmar Bergman en La linterna mágica (cit. por Antonio Mengs, Stalker, de Andrei Tarkovski.) Esas visiones de Tarkovski se traducen, necesariamente, en un tiempo -que intenta esculpir, como dirá él mismo-, y en un espacio que se convierte en metáfora de la inquietud. Todo esto se manifiesta claramente en sus películas Solaris y Stalker, donde la ciencia-ficción es un mero marco de referencia que el director soviético intenta reducir a su mínima expresión. Así, el océano pensante del planeta Solaris y la mutante Zona con su Cuarto de los deseos no son tanto lugares fantásticos como evocaciones simbólicas de dimensiones suprasensibles que  enmarcan difusamente la existencia fenomenológica, y en las que el hombre que intenta trascender las meras apariencias ubica el corazón del Misterio que lo rodea. Ahora bien, hay una clara -y genial- diferencia entre los espacios fílmicos de ambas películas. El océano de Solaris parece el feliz trasunto de un entorno edénico que el protagonista del film debe reconstruir. Éste, un científico encallecido y escéptico, al llegar a la desolada estación espacial se encuentra con la "replicante" de su esposa muerta que el océano ha creado. Esta experiencia le lleva, al hilo de la música de Bach entreverada de electrónica, a redescubrir un mundo de sentimientos relegados que le conducen a su infancia y al reencuentro en el recuerdo con un padre de quien vivió un progresivo alejamiento. La desaparición de la "replicante", símbolo de la fugacidad de Eros, lleva al protagonista, en su partida de la estación espacial, a desear "nuevos milagros", que el océano materializa en un islote al que llega y donde encuentra la antigua casa paterna. Las connotaciones religiosas no pueden ser más evidentes (hijo pródigo y padre-Dios), aunque mitigadas por necesidades obvias de autocensura. En cambio, el espacio mítico de Stalker es un territorio de dilucidación moral (el propio Cuarto de los deseos implica la necesidad de la elección y la instropección ética), donde los personajes deben enfrentarse al dilema de aceptar la existencia de ese "más allá" o de aferrarse a sus vidas pedestres. Los protagonistas -arquetípicos, llamados "el escritor" y "el científico"- se quedan, al final, a las puertas del Cuarto sin decidirse a entrar ante la desesperación de su guía en la Zona, el stalker, hombre sencillo y complejo a la vez, lleno de fe. Fe -y amor- se situarán, pues, en el centro de la creación artística de Tarkovski: "Estamos crucificados en un plano, pero el mundo tiene múltiples dimensiones. Somos conscientes de eso y nos atormenta nuestra incapacidad de conocer la verdad. ¡Pero no hay ninguna necesidad de conocerla! Amar es lo único necesario. Y creer. La fe es conocimiento con ayuda del amor" (cit. por Antonio Mengs, op. cit.)

ÚLTIMO DÍA EN SOLARIS

Dora el sol de la tarde las cúpulas espejeantes,

y me escamotea el amor el recuerdo de su mirada.

Entre reflejos y culpas recorro la nave en penumbra.

Lejos del cielo y la tierra espero nuevos milagros:

la redención de lo verde y azul, cenizas, palabras.

Vislumbro un islote que surge de este mar pensativo.

Cae la lluvia sobre los recuerdos, dentro de casa,

mientras rehago el sendero que me devuelve a mi padre.



EN POS DEL STALKER

Sigo al stalker por entre las luces distorsionadas

de este mundo mutante y acuoso que llaman la Zona.

A unos los hemos perdido tras un muro musgoso

que nos separó de improviso; otros desaparecieron

sin dejar siquiera el eco de su gemido.

Sólo quedo yo, y este guía algo simple

(sonríe ante puertas atroces, llora por desconocidos)

en busca del Cuarto que en medio –dicen- de tundras y ruinas

concede deseos a quienes la Zona permite acercarse.

Perdido, hecho sombra de lo que fueron mis ilusiones,

di el paso, ahora el solo camino me justifica,

puesto que ignoro qué balbuciré si llegamos al Cuarto:

No tuve siquiera el coraje de tener ambiciones,

ni la humildad con la que el perrito tirita de frío;

¡felicidad! ¿qué es? Valor y fe mejor me valdrían

contra el tedio desesperanzado del mundo de afuera.

Mi torpe Virgilio señala un recodo en el túnel astroso.

Debo estar preparado –me dice-, el final está cerca.







jueves, 10 de diciembre de 2009

CIBERNÉTICA Y ERRANTE



Inspirado en Bruegel y Gil de Biedma


Babel reinicia sus espejismos.

Las calaveras dentadas acosan

a hombres que blanden sus móviles víricos.

Revientan los inocentes en bolsas

que nunca oliscaran perrunos hocicos,

y corren los ciegos en torno a las fosas

bajo un cielo de peces henchidos.

domingo, 6 de diciembre de 2009

LA CASA DEL PADRE

Me invitaron ayer a ver el piso que se acaban de comprar unos amigos. Es muy grande y da a la bahía, aunque necesita algunas reformas. Mientras comentaban los cambios que pensaban hacer, observé el aspecto de las habitaciones, que parecían haber sido abandonadas precipitadamente: había algunas bolsas de plástico con ropa y otros enseres, así como libros y revistas desperdigadas, alguna babucha desemparejada, unas gruesas gafas de miope en la cocina e incluso una muleta apoyada en uno de los huecos del salón. Lo cierto es que se me van los ojos detrás de los libros, y éstos parecían de los que pudieran encontrarse en un hogar medio español de los años 60 y 70, y que son carne de mercadillo en la actualidad. Esto, junto con el suelo de parquet, delataba la edad de la vivienda.
Podría parecer criticable dejar cosas abandonadas en la casa que uno desocupa, aunque hay que pasar por la experiencia para entenderlo. Hace unos años nos hicimos con una casa nueva para nuestra madre, y ésta dejó la que había sido la casa familiar durante mucho tiempo. A cada hermano le tocó apechugar con lo suyo y sus recuerdos. A pesar, pues, de un gran número de viajes de ida y vuelta, en el piso quedaron algunos objetos arrinconados, que nos resistíamos misteriosamente a tirar simplemente a la basura. Sentía que estos enseres, en su nimiedad, eran parte inherente de la casa, como si tuvieran su propia vida interior, y que debían correr su misma suerte. Ya partía el corazón verlos fuera de su lugar habitual como para condenarlos encima al contenedor. Se les habían adherido a estas cosas insignificantes algo así como las capas de una cebolla hecha de tiempo y memoria dispersa, cual último asidero de un pasado perdido para siempre, y que, uno, empero, se resistía a abandonar. Ciertamente, es una triste condena de esta vida tener que abandonar espacios en los que se ha condensado la memoria de tu existencia y cuya sola frecuentación suscitaba recuerdos recónditos. Sólo queda el alivio de reencontrar estos lugares reiteradamente en los sueños.





LA CASA DEL PADRE


Rinde la casa paterna sus secretos postreros,

la mudanza pasó: eventrados quedan sus huecos.

Desvencijados recuerdos, caleidoscopio del tiempo,

yacen por el suelo, sin dignidad ni concierto.

Al recobrar algunos parecen marchitos y ajenos,

flores de invernadero, fuera de su contexto.

Otras fotos y cartas a tirar no me atrevo,

aunque nostalgia me traigan de un pasado imperfecto.

Es otra puerta que se cerrará en mi vida. Remedo

perogrulladas. Papá, sólo vale guardar tu recuerdo.

martes, 1 de diciembre de 2009

PRO CANE: ELOGIO DEL PERRO

"No son más que máquinas", le dijo Descartes a Malebranche, creo, al escuchar los gemidos de una perra preñada que era apaleada. Imagino que ya en aquella época a cualquier persona que tuviera un perro como mascota le debía resultar difícil creer en el caduco universo mecanicista del filósofo francés. Quiero contar la historia de "Muñeca", que se ha convertido en Quequi o Keki. De cachorrito se la regalaron a uno de mis hermanos unos amigos suyos peluqueros para su entonces novia. La moda de la bonita cachorrita pasó pronto, y la perra terminó en casa de mi madre... y en la mía los fines de semana cuando ésta se va a visitar a este hermano que vive con su familia en otra ciudad de la Bahía. Yo nunca había sentido ningún interés por tener animales domésticos, pero ahora me sorprendo deseando que llegue el viernes para ir a recogerla a casa de mi madre. Es inevitable establecer con los animales una relación muy peculiar. Te deja desarmado cuando te mira con esa mirada suya tan fija y peculiar, como esperando la señal para que ambos demos el salto a Dios sabe qué, y te descubres a ti mismo hablándole como si esperaras que te entendiera (a veces se te antoja que lo intenta). Su fidelidad ciega y sus saltos de alegría cuando regresas a casa me conmueven, y provocan comentarios irónicos en mi compañera. No puedo evitar verla como otra puerta, muda, abierta a lo desconocido que nos rodea, y me lleva a pensar que lo que está abajo no deja de parecerse a lo que está arriba.




                    CANINA FE


Lento despertar. Mareado me siento. La perra

me mira, testigo de la realidad, esperando que cumpla

mi parte de lo pactado. Se estrecha contra mi pecho

como un fiel que busca de Dios certeza diaria;

la abrazo, y espero también que Dios exista y me quiera.