MEMORIA MÉTRICA

Miscelánea del escritor JOSÉ MIGUEL DOMÍNGUEZ LEAL

viernes, 25 de febrero de 2011

LA EDAD DE LAS SOMBRAS


La sombra, criatura multiforme, se prodiga en el muro frontero. Clon sinuoso, se destaca caprichosa de la materia que le da sentido. Carece de fondo, de perspectiva, puro trampantojo de la oscuridad. Al contrario del girasol, se desvanece cuando palidece el astro acusador, su doble, su razón de vivir, su enemigo. No nos inquieta demasiado, de saberla tan vana. Pero su vocación trepadora y totalizante hace temer por la cordura de la fachada, que transpira obviedades por sus ventanas.

martes, 22 de febrero de 2011

AMANECER


En este despertar rememorado

las cosas penden flojas de su esencia.

El mundo así se ve recién creado.
 
(1992-95)

viernes, 18 de febrero de 2011

DE UN PAÍS LLANO


De vuelta en casa. He estado cuatro días en Bélgica, dos de ellos viajando. Llegué anoche a Cádiz sobre las 20:30, tras tres trenes, dos aviones, un autobús y un taxi. Esta mañana me levanté con muchos mareos, y he estado la mayor parte del día K.O., sin salir de casa. No sé si ha sido la explosión del estrés acumulado; sea como fuere, han sido unos días muy intensos, de un programa muy apretado. He estado en una pequeña escuela de preescolar y primaria en un pueblito belga a unos 30 kms. de Lieja, llamado Nandrin. Allí debía reunirme con profesores de 2 centros de Francia, 1 de Finlandia, y el belga, todos adscritos al programa europeo de Educación Comenius. Los 5 centros trabajan en un llamado proyecto multilateral, centrado en este caso en el estudio del agua, y se deben hacer visitas para el seguimiento del proyecto. Yo representaba a mi instituto. El martes estuvimos reunidos explicando lo que había hecho cada centro, y por la tarde estuvimos montando una exposición pública con los materiales aportados por cada colegio. Cuando comenzó la exposición, yo presenté al público mi instituto, y la ciudad, sirviéndome de un power-point que había sido confeccionado por los alumnos de allí, y luego estuve, como los otros, junto a los paneles de la exposición explicando al público que me preguntaba su contenido. Al día siguiente se marcharon los otros participantes, porque tenían reuniones en sus centros, y yo fui a la escuela St. Martin a ayudar a desmontar la exposición, que viajará próximamente a Cádiz. Por la tarde, me llevaron Jean-Claude, el director, y sus compañeras a Lieja a ver una exposición sobre el agua y el cambio climático, y luego cenamos en la ciudad, y, finalmente, vuelta al hotel donde me alojaba en un otro pequeño pueblo cercano a Nandrin.
Me gustó mucho la pequeña escuelita. Siempre alegra el corazón ver a tantos pequeñuelos, y el austero entorno, y la caligrafía que serpenteaba por las paredes parecían retrotraerme a otro tiempo, donde ser niño era aún una oportunidad de creer en lo mágico.







Le plat pays, "el país llano", así llamaba Jacques Brel a su patria. C'est plus le plat pays!, "Ya no es el país llano", le dije bromeando a Cathy, una de las maestras, cuando nos llevaba en su coche y saltábamos sobre unos baches. Tenían muy buen humor estas maestras, aunque parece que en todas partes cuecen habas psicopedagógicas en la educación. Aún más pequeña era la escuela finlandesa, cuya representante, que sólo hablaba inglés, nos contó que su centro, situado en el norte del país, cuenta con sólo 12 alumnos, para los que hay destinados 3 profesores, ¡Así no me extraña que nos hablen del modelo finlandés! Además, zonas tan frías, 30 grados bajo cero, serían inmunes a nuestras estupendas -aunque ruinosas- teorías educativas. En fin, de vuelta a la batalla.
Feliz fin de semana, amigos.

domingo, 13 de febrero de 2011

DESCUBRIMIENTO DE OTRO MANUSCRITO

Ayer me dio un ataque de risa nerviosa. Le contaba a mi mujer hace poco que el trabajo de preparación de mi tesis doctoral para su publicación se me está eternizando. Tuve conocimiento hace unos años de dos poemas macarrónicos del siglo XVI que no publiqué en mi tesis, uno de ellos particularmente extenso. He terminado la edición crítica de este último basándome en el estudio de los dos manuscritos conocidos, su traducción métrica, y me enfrascaba en la redacción del glosario de palabras macarrónicas, con su escansión, acepciones y comentario, y en el estudio lingüístico-métrico-literario de los susodichos poemas, sobre los que he publicado y publicaré sendos artículos recientemente. Yo no trabajo en la Universidad, y le decía, pues, a mi mujer que yo no puedo dedicarle mucho tiempo a investigar, como pueden hacer allí. Consagro a esta especie de vicio psicótico-obsesivo, que no me reporta ningún beneficio material, una parte de la mañana de los sábados (y las de los días de vacaciones), y el trabajo avanza con lentitud, pero con constancia.
Hete aquí que ayer trabajaba sobre una palabra macarrónica, un evidente italianismo, que creía (creo) proveniente de la obra de la máxima figura de este subgénero poético, el mantuano Merlín Cocayo. No encontré nada en los léxicos de las ediciones italianas, ni en mi memoria de lectura, así que decidí escribir el sintagma en google, a ver si sonaba su flauta (que nunca se sabe), y va el omnisciente buscador y me envía a Google libros, donde se reproducen parcialmente obras a la venta, y allí aparecía la página de un volumen desemparejado y en venta de un monumental catálogo de manuscritos de bibliotecas de todo el mundo. Sí, aparecía el sintagma buscado, pero citado como inicio de un manuscrito del que no tenía noticias. Este catálogo había sido manejado por los investigadores anteriores a mí que habían dado noticia del poema, pero no este volumen precisamente. No daba crédito a mis ojos. Pero no se trataba de ninguno de los dos manuscritos ya conocidos. Empecé entonces a reírme, y mi mujer me preguntó qué me pasaba.
-"He encontrado otro manuscrito; esto va a ser el cuento de nunca acabar, habrá que empezar de nuevo".
-"¿Y no puedes hacer como si no lo hubieras visto?"
-"¡Cómo voy a hacer que no lo he visto, si está en Google!", le dije. Además, no podría dormir tranquilo pensando en las posibles variantes del manuscrito, y en cómo podría alterar el texto ya editado por mí. Los problemas filológicos pueden estar rondándote la cabeza hasta que los resuelves, igual que un verso que no acabas de rematar. Se sufre lo mismo.
Parece, por lo que he podido ver, que puede tratarse de una copia de uno de los dos manuscritos que ya poseo, y no ser parte de una tradición independiente, es decir, la copia de una copia distinta de las susodichas del hipotético manuscrito original que el editor intenta siempre reconstruir. Eso sería lo menos dificultoso para mí, pero aun así, deberé solicitar fotocopia del manuscrito a la biblioteca extranjera donde se encuentra, esperar no sé cuántos meses, y luego comparar la copia con las hasta ahora disponibles, y eso lleva su tiempo. Pero es inevitable. Para "celebrar" mi fortuito descubrimiento (nada que reprocharme, si se piensa en un benefactor de la Humanidad como Fleming) he pensado en reproducir el comienzo del citado poema, obra del clérigo Francisco Pacheco, quien se disculpa por el contenido procaz y satírico de su macarronea, salpicada de un erotismo adobado en un lenguaje de germanía realmente inusitado. La traducción rítmica de los dísticos elegíacos se ajusta a los moldes métricos desarrollados por el maestro Agustín García Calvo.

Francisci Paciechi Hispalensis Poetae ad a

lectorem huius operis excusatio b


Plus adamate mihi quam dulcis gana cagandi,

si vacat haec placide, lector amice, legas.

Pone sobrecejum risueñamque indue frontem,

non Theatiniacis auribus ista damus.

Quo tamen ore soles farsas mirare placentes, 5

et qua verdiscos percipis aure motes,

ista legas meliora quidem, si dicere fas est.

Sed fas est, veniam si mihi forte dabis.

Nostra Priapeias describunt carmina dayfas

et manflotescae furta jocossa domus. 10

Non ego mongiles volo combidare puellas,

non facit ad largas puta Camena tocas.

Ite melindre graues, habet haec dentera peligrum:

Nulla quidem sicco haec ingle beata legat.

Ad frailes andate graues quibus ore repulgus, 15

ite asquerossae, nam meliora dabunt.

Me grauis enfadat sermo, sed more putesco

me lira, me cantus, me çapateta juuat;

me foliossa juuat brazo quatiente sonajas

Portuguesa, leues dum quiebrat arte lados. 20

Sed video: et patres cupiunt legere ista seueri,

et reuerenda seno monja calente fouet.

Sed monuisse sat est: siquid peccabitur inde,

non scribentis culpa, legentis erit.



Francisco Pacheco, poeta sevillano a

Apología al lector de esta obra b


Más para mí querido que de cagar dulce gana,

ocios, amigo lector, pon en leer esto bien.

Rinde tu sobrecejo y muestra tu frente risueña,

del teatino no rígido oído querré.

Con el semblante que sueles farsas mirar placenteras, 5

y el oído que motes procaces oír,

lee esto de más calidad, si hablar así se me deja,

mas así lo haré, si tu favor me lo das.

Nuestros versos describen daifas de Príapo siervas,

y el burlesco robar de manflotesca mansión. 10

No quiero yo convidar a las muchachas monjiles:

A largas tocas se da puta Camena muy mal.

Graves melindres ¡adiós! Tiene esta dentera peligro:

Ni una beata poned de ingle marchita a leer.

Con los frailes andad de los de repulgo en la cara, 15

ascos haciendo marchad, pues de mejor os darán.

Grave discurso me enfada, pero al modo putesco

más el canto me da, más zapateta placer;

dame placer, agitando en su brazo sonajas, foliosa

portuguesa al quebrar gráciles lados con don. 20

Pero leer esto veo que padres severos desean,

de su seno al calor tiénelo monja de prez.

Aconsejar se acabó, si en algo se peca por esto,

culpa no del autor, del que lo lee será.



Notas:

v. 5: teatino: jesuita.
v. 9: daifa: puta que mantiene a un chulo.
v. 10: manflotesca mansión: burdel.
v. 13: dentera: deseo o envidia de algo.
v. 15: repulgo: gesto de asco.
v. 18: zapateta: baile movido.
v. 19: foliosa: porque baila las folías, baile de origen portugués.

viernes, 11 de febrero de 2011

EN TRÁNSITO

Este lunes cojo un avion para Bruselas. Voy a Bélgica 4 días para representar a mi instituto en un encuentro de centros participantes en un programa Comenius multilateral de carácter educativo. Siempre que estoy cercano a emprender un viaje me embarga cierta ansiedad. Imagino que al cuerpo -esa carroña que decía el mariscal francés- le disgusta que le cambien sus rutinas, aunque sea breve tiempo. Luego, se adapta al azar, y se mantiene alerta por sí mismo, y no muestra su cansancio con presteza. Viajar solo es reflejarse en el espejo fugaz de uno mismo, buscar a tientas en esas aguas turbias y poco profundas lo que se desliza entre los dedos con un escalofrío. Tiempo sin tiempo. El avión despega, y los pensamientos rumiados en la sala de espera se dejan atrás más rápido que el suelo. Se alcanza cierta paz relativa en esas alturas, y se ven las cosas con cierta forzosa humildad. Llegar a tierra te pone en alerta, te envuelves en ti mismo, e intentas ser impecable, eficiente, para llegar a tu destino final, como si se agudizaran tus sentidos. Peor lo paso cuando me encuentro con la gente que me espere, pues siento como si tuviera que disculparme del viaje, de ser yo en tránsito, algo que pasará fugazmente, y que luchará un tiempo contra el olvido inevitable que todo lo arrebata. Sólo el amor puede hacerte rebelde a este sentimiento de derrota presentida, y recuerdas todavía vívamente cómo intentaste disimular las lágrimas delatoras, ese salado y desesperado reproche a tu partida, caminando entre extraños hacia un cielo tupido.

martes, 8 de febrero de 2011

SEGURO DE VIDA Y MÚSICA DE FONDO

Mi pareja y yo estamos renovando el seguro de vida de la hipoteca, y hoy me han llamado para hacerme una encuesta médica de parte de la aseguradora. Les he respondido a todo lo que me han preguntado, con una sensación creciente de estupor. Imagino que, basándose en mis respuestas, estos señores harán un cálculo de mi esperanza de vida, y de mis posibilidades estadísticas de morir, digamos, antes de los 60 (me preguntaron si tenía familiares que hubieran muerto antes de esa edad). Y en función de eso me harán pagar una póliza más o menos cuantiosa. Al final, uno pagará... ¡por estar vivo!, y cada vez más por esperanza de futuro, o sea de humo. Buen negocio. Casi prefiero ahora que me den por desahuciado, y se nieguen a hacerme el seguro.

He esperado para hablar de la nueva Radio Clásica, tras la etapa de Fernando Palacios. Creo que las cosas han mejorado francamente con Ana Vega Toscano: ha eliminado los magazines "de autor" y lucimiento extramusical, presentados por parejas de jóvenes locutores, ha borrado de la parrilla ese batiburrillo nocturno difícilmente digerible de "Canciones" (se sigue echando de menos a Loriga), y ha poblado la tarde de voces veteranas como la de Sergio Pagán, con su recorrido cronológico por la historia de la música, lo que también nos permite disfrutar de la antigua. Pérez de Arteaga ha recuperado también espacio. Más música y menos palabrería. Lo único que lamento es no escuchar ya el programa de Pierre Élie Mamou. Se percibía, ciertamente, tensión en algunos programas de la etapa anterior, como durante una entrevista que le hicieron a la actual directora, en el que las concepciones sobre el modo de hacer radio eran obviamente diferentes. Pienso que los oyentes hemos salido ganando. Aprovechémoslo mientras dure. 

sábado, 5 de febrero de 2011

ECLIPSE


La escritura presupone un necesario proceso de mixtificación, de pose asumida, sea semiinconscientemente. Se acaba atado a aquello que parecía un modo de liberación, de reivindicación, o especie de GPS hacia lo desconocido. La eternidad desborda en otro lugar, en otros ámbitos, a los que no se es capaz de llegar con la palabra. El absurdo, enmascarado de rutina, llama todos los días a la puerta. Y no abrir es peligroso, pues uno se siente como el nadador que se aleja de la orilla y empieza a inquietarse con la fuerza de las corrientes que lo invitan mar adentro. Reivindicar el propio pasado es también una trampa sentimental, propia de las fases álgidas de la melancolía, y, al final, sólo te apetece acompañar a quienes fuman fuera del bar, compartiendo ese relente bajo el cual comentan que no se ven llegando a los 67.