Los próximos 23 y 24 de noviembre se celebrarán en la Scuola Normale Superiore de Pisa las Giornate di studio su Teofilo Folengo a cinquecento anni dalle prime Macaronee. Participaré como miembro de un grupo de investigación de la Universidad de Cádiz dirigido por el catedrático D. José María Maestre con una conferencia en italiano titulada L'influenza folenghiana nella poesia maccheronica spagnola, y posteriormente en una tabla redonda en la que presentaré, junto a Otello Fabris, presidente de la Associazione Internazionale di Studi Folenghiani "Merlin Cocai", de la que me honro formar parte, una asociación de investigación internacional sobre la macarronea europea y extraeuropea en colaboración con la Universidad de Cádiz.
Me siento también emocionado por la posibilidad de conocer en persona a otros insignes folenguistas conferenciantes, cuya obra leí con avidez a mediados de los años 90 para intentar entender mejor el abigarrado mundo que se encontraba tras Folengo y sus macarroneas a la hora de redactar mi tesis; especialistas, pues, como Mario Chiesa, estudioso y editor de Folengo, Massimo Zaggia, excepcional editor de las Macaronee minori que tanto influyeron en mi manera de editar los poemas macarrónicos españoles, Lucia Lazzerini e Ivano Paccagnella, estudiosos, respectivamente, de los sermones híbridos tardomedievales y de los poetas macarrónicos prefolenguianos, así como de su influencia en Merlín Cocayo, y al pisano Luca Curti, genial discernidor de que la verdadera diferencia entre Folengo y sus predecesores se encuentra en el deliberado juego de personas literarias macarrónicas creado por el autor mantuano.
Sentimientos enfrentados se enlazan en mi pecho ante esta perspectiva, pues en aquella época de incertidumbre para mí de mediados de los 90, tiempos de inseguridad laboral y de desamor, me aferraba a mi trabajo en la tesis como si estuviera haciéndolo sobre mi testamento, pensando que tras concluir esa magna obra podría morir en paz. Pero la vida ha seguido, y en unos días, si todo va bien, conoceré a estas personas cuyos libros y escritos leí con ensimismamiento en un tiempo cada vez más lejano, y en el que me cuesta trabajo ya reconocerme, dentro de esa fantasía de la unidad del yo.
Imagen: Shinji Ogawa
No hay comentarios:
Publicar un comentario