"En 2002, Dominique Triaire y François Rosset, dos investigadores lanzados sobre las huellas del excéntrico conde polaco Jan Potocki, descubren seis manuscritos mal clasificados en los archivos de Poznan (Polonia). El estudio minucioso de esos documentos les permite establecer un hecho increíble: no existe una, sino dos versiones al menos del Manuscrito encontrado en Zaragoza. Esta obra culta, escrita en francés, fue por mucho tiempo considerada como una joya de la literatura fantástica, y fascinó a generaciones de escritores, de los románticos a los surrealistas. Ahora bien, ¡nadie ha leído nunca más que bajo una forma troncada o amalgamada, en un patchwork infiel, los textos originales!
Comenzado antes de 1794, reescrito durante cerca de veinte años hasta el sucidio de su autor, el Manuscrito encontrado en Zaragoza, en principio barroco, pletórico, y libertino (versión de 1804), fue de seguido enteramente modificado y terminado bajo una forma más seria y enciclopédica (versión de 1810). La doble obra maestra de Potocki, cerca de dos siglos más tarde, puede por fin ser leída".
Así se presenta en la edición de Flammarion de 2008 uno de los mayores descubrimientos literarios de comienzos del siglo XXI. Para los admirables editores Rosset y Triaire estamos ante una novela que "reúne en una formidable síntesis las experiencias humanas e intelectuales de un ser en búsqueda perpetua de respuestas a las preguntas más graves que formula la condición de los hombres en la historia, en la infinita diversidad de las culturas, en el cruce de las creencias y los ritos. Un texto cuya escritura se inicia como un inofensivo pasatiempo en medio de los trabajos encarnizados del Potocki sabio, y que terminará por obsesionar los veinte últimos años de una vida, ella misma de lo más novelesca". Efectivamente, Potocki , nacido en el seno de una familia aristocrática polaca en 1761, fue educado en Suiza, y devino militar, arqueólogo, historiador, etnólogo, al par que erudito multidisciplinar y viajero infatigable. Es así que al hilo de sus viajes, recorre España de marzo a junio de 1791, recopilando una serie de materiales, imágenes y vivencias que serán esenciales para su novela, antes de pasar a Marruecos el 1 de julio, donde permaneció tres meses. Enfermo y desilusionado de sus esperanzas de promoción mundana y de reconocimiento académico, puso fin a su vida en 1815.
La obra, al no haber sido nunca conocida más que en forma fragmentaria, ha sido considerada tradicionalmente como uno de los textos precursores de la literatura fantástica, aunque, como señalan los editores, "lo fantástico, como varias otras tonalidades que resuenan en la obra conjuntamente, es radicalmente puesto en duda, hasta incluso negado, por el uso de la parodia y el empleo de diversas estrategias de dispersión del sentido" (como la organización del texto en jornadas, y la técnica de las historias dentro de la historia). La extrema riqueza del texto vuelve, pues, desfasada toda categorización reduccionista.
Se ha aludido arriba al carácter de las dos versiones, la de 1804 y la de 1810 -de la que la editorial Acantilado ha publicado una traducción-, que según los editores responden a "las dos tendencias contradictorias que no han dejado de animar simultáneamente las acciones, los pensamientos y los trabajos de su autor, siempre dividido entre el rigor ordenador de la razón y abundancia desordenada de la imaginación", constituyendo dos versiones autónomas de una misma obra, considerada como corolario de la Ilustración europea.
2 comentarios:
El pasado sábado, en tVE-2, pasaron "Un toque de artista", una de las historias del Comisario Montalbano, creado por Andrea Camilleri. El "Manuscrito" tiene un papel importante...
Gracias por la noticia, saludos.
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