En esta representación a la vez sintética y tópica, el pintor André Lhote nos ofrecía, a principios del siglo pasado, una imagen africanizada de la ciudad de Sevilla: La recreación geometrizante, cubista de los espacios de la villa conlleva un abigarramiento que asimila el lugar hispalense a una meándrica ciudad norteafricana, de volúmenes blanqueados, sombras adustas y palmeras de fortuna.
¡Sevilla, madre de los calores ahora tan mentados, entropía de la luz cegadora que desdibuja tus volutas barrocas, y los rincones de la memoria en que te enredas!
Imagen: André Lhote
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