La vista se cansa
bajo la pluma el papel se desgarra garabateado
la pantalla del ordenador ni seduce ni incita
los gestos, antaño preparatorios, sólo alimentan
sospechas, ahora, de sinsentido, payaso del tedio:
el arte ya no espesa el vacío,
ni las envidias propias y ajenas bruñen espejos.
Es la pistola metáfora aguada, coda irreversible,
fiel y brutal corrector de la desolación programada.
Poema publicado por primera vez en la revista "Voladas" nº 6, a la que rindo homenaje.
Imagen: retrato de Vladimir Maïakovski por Aleksandr Rodchenko, 01924
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