En homenaje a Orlando Zapata, víctima de ese otro Guantánamo que cubre el resto de la isla caribeña, he incorporado a mi lista de blogs Generación Y de la joven disidente cubana Yoani Sánchez, que también ha sido objeto de las represalias del régimen totalitario de los Castro. Ojalá sea cierto, como escribía Carlos Alberto Montaner el viernes pasado en ABC, que la muerte de Zapata no es una muerte más, sino que marca el principio del fin de la dictadura comunista cubana.
Hablando de totalitarismo, me llaman la atención las recientes declaraciones del secretario de Libertades Públicas del PSOE y presidente de la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados, Álvaro Cuesta, quien calificó ayer de «ofensa intolerable al Parlamento» y al Estado las palabras del portavoz de la Conferencia Episcopal (CEE), monseñor Martínez Camino, quien afirmó que la nueva ley del aborto da «licencia para matar a los hijos». En declaraciones a Europa Press, Cuesta dijo que con esas palabras «descalificadoras e injuriosas», el portavoz está «ofendiendo» a todo el sistema democrático, demostrando un menosprecio «de extrema gravedad» al principio de legalidad e incurriendo en una «extralimitación de la Iglesia católica». El diputado añadió que, mientras la ley esté en vigor, las iglesias pueden manifestar su desacuerdo, agotar las vías de recurso o influir democráticamente para que sea recurrida, y también recordar su moral o pedirle a sus fieles que no se acojan a ella, pero siempre “desde el acatamiento y respeto al principio de legalidad”.
“Le recuerdo a la Iglesia católica y al señor Martínez Camino, que en un país democrático, la ley es la expresión legítima de la voluntad popular formulada a través del Parlamento. El principio de legalidad y el respeto a las instituciones democráticas obliga a todos”, manifestó.
En esa línea, avisó a los obispos de que frente a la ley se puede “predicar el desacuerdo y la condena” pero no “la insurrección ni el golpismo, ni el menosprecio al Parlamento, y en el respeto a los principios democráticos”. “La Iglesia católica ni tiene bula ni es una excepción”, subrayó.
Por último, recordó que la ley ha salido adelante con un “amplio respaldo parlamentario”, “prácticamente de todos los grupos menos uno” y que “goza de la presunción de constitucionalidad” avalada por el Consejo de Estado (fuente EP/InfoCatólica).
Decía Oscar Wilde que la mejor manera de resistir a la tentación es sucumbir a ella, y creo que el Sr. Cuesta sucumbe plenamente a la "tentación totalitaria" de la que hablaba J-F. Revel. Como quizás diría Gustavo Bueno, el Sr. Cuesta se atiene a la concepción del "formalismo democrático", que atribuye un valor absoluto a las decisiones tomadas por un parlamento, leyes que pueden ser manifiestamente injustas y que merecen ser combatidas democráticamente sin que se tenga que ser acusado de "insurrecto, golpista o irrespetuoso". El relativismo moral del Sr. Cuesta, que no reconoce más valores que los formales legales, en una reductio ad absurdum serviría también para defender las leyes racistas, eugenésicas y liberticidas que aprobaran parlamentos surgidos de democracias "formales" (en cuanto sujetas a la legalidad vigente). Su formalismo totalitario, que quiere ofrecer su propio espejo a quien se oponga a la injusticia auque sea legal, va unido a un laicismo agresivo y excluyente que ataca gratuitamente a la Iglesia por defender su doctrina moral, que, en terrenos como este del aborto, coincide con la del sentido común. Me gustaría saber qué opina el Sr. Cuesta de la carta de dimisión enviada a Zapatero y Pajín por el concejal socialista del Ayuntamiento de Paradas (Sevilla), Joaquín Montero, quien ha pedido su baja como militante del PSOE y la dimisión de los cargos que ocupa en el consistorio andaluz tras la aprobación de la nueva ley del aborto. Reproduzco la carta de este socialista consecuente con sus ideas, ya condenado al ostracismo:
“Tras la aprobación esta misma tarde de la futura ley del aborto, ley Aído, en el Pleno del Senado con una ajustada mayoría de voluntades compradas a golpe de concesiones, este partido, el Partido Socialista Obrero Español, da un paso adelante en la conquista de la sinrazón en la que tanto camino tiene recorrido. Esta ley ha sido posible gracias a los males anteriores que ya habían sido asumidos:
Por un lado, la falta de libertad dentro del partido es un signo característico e inconfundible para percibir hasta dónde se han traicionado los valores democráticos que siempre caracterizaron a la Izquierda. No sólo acudimos a las anteriores Elecciones Generales de 2008 sin llevar en el programa electoral mención alguna a la ley que hoy se aprueba, sino que meses más tarde, en la ponencia marco del XXXVI Congreso Federal tampoco se hacía mención expresa a promover una nueva ley del aborto donde se considerase este como un derecho.
Hemos engañado al electorado al que representamos y hemos obviado el diálogo interno dentro del partido sobre un tema que, no sólo es contrario al humanismo universal que históricamente caracterizó al socialismo, sino que además divide a la sociedad dramáticamente. Este es un hecho antidemocrático sumamente grave.
Pero además, hemos contemplado estupefactos como se ha consensuado con los sectores nacionalistas más reaccionarios que el aborto sea un derecho sin límites, manteniendo el supuesto coladero hasta la 22ª semana. Aprendí de viejos y verdaderos militantes socialistas, que dieron hasta el último aliento de sus vidas por los ideales en los que creían, que “No hay en nuestros días una afirmación más reaccionaria que la del derecho de una persona sobre la vida del hijo no nacido. Es el derecho de propiedad más absoluto concebible, más allá del derecho del amo sobre el esclavo”. La propiedad sobre las personas ya fue abolida en la historia de la humanidad.
Es evidente que el socialismo, dentro de este partido, no puede ya superar los 40 años de vacaciones disfrutados durante la dictadura franquista, no ha sido capaz de conectar con el espíritu socialista de la clase obrera pobre que lo creó, por lo que pido que desde este mismo día conste mi baja como militante del PSOE. Así mismo pongo a disposición del partido los cargos electos que ocupo en el Ayuntamiento de Paradas (Sevilla). Jamás permitiré que mi nombre aparezca junto al de una organización que legitima la muerte de inocentes mediante la aprobación de leyes injustas”.
(Fuente: Albadigital)