MEMORIA MÉTRICA

Miscelánea del escritor José Miguel Domínguez Leal

miércoles, 16 de diciembre de 2009

HOMO UNIVERSALIS (paradoja moderna -ficticia, claro está-)


Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer en un centro de enseñanza. Un profesor de guardia entra en un aula de ESO a la que ha faltado el profesor correspondiente. Los alumnos están haciendo diversas tareas. Una alumna le pregunta: "Profesor, ¿cuál es la diferencia entre lenguaje formal e informal?".
El profesor se queda pensando un momento un ejemplo que considere comprensible para la chica. Entonces, una compañera comenta: "Déjalo, no es de lengua".
El profesor se siente un poco picado en su amor propio, y da una explicación correcta en el acto. Desde ese momento, se dedica a ir de mesa en mesa ayudando a los alumnos con sus diversas tareas (inglés, sociales, lengua...).
Un grupo de chicas tararea la letra de una canción de moda contra el maltrato que le han dado en el Centro.
La chica que hizo el comentario del principio llama a su mesa al profesor. Éste acude solícito y la joven le señala con un largo dedo un ejercicio que dice: "Busca ejemplos de abuso de frases hechas en el texto". "Profesor -le pregunta la alumna-, ¿qué quiere decir 'abuso'?".

5 comentarios:

Paco Gómez Escribano dijo...

Un ejemlo más de cómo está nuestra profesión, José Miguel. Buena entrada. Un abrazo.

Paco Gómez Escribano dijo...

De todas formas y, aunque sea en forma de fábula, estoy seguro de que esto o algo parecido ha pasado.

José Miguel Domínguez Leal dijo...

Entre nosotros, Paco: cualquier parecido con la realidad es pura... verdad. Pero la situación es tan absurda y triste que si dijera que es verdad no me creerían. Muchas gracias por tus comentarios. Un abrazo.

Máster en nubes dijo...

Verdaderamente, cómo está el patio... o más bien, el aula. Un abrazo cordial y siempre mi admiración para los que enseñáis. O al menos lo intentáis.

José Miguel Domínguez Leal dijo...

Muchas gracias a ti, Aurora, por hacerte "seguidora" de este humilde blog. La situación de la enseñanza está tan degradada -y más que lo estará- que incluso los que nos creíamos curados de espanto no dejamos de sorprendernos a veces.