MEMORIA MÉTRICA

Miscelánea del escritor José Miguel Domínguez Leal

domingo, 30 de junio de 2013

PRESENTACIÓN DEL Nº 3 DE LA REVISTA "EL ÁTICO DE LOS GATOS"


Ayer se presentó en el musibar "El Pelícano" de Cádiz el nº 3 de la revista literaria y cultural "El ático de los gatos". El acto contó con actuaciones como las de los jóvenes raperos Shungo y Karma, y de los cantantes Fran Sevilla Pecci y Juan Luis Pineda, así como con las lecturas de José Manuel Benítez Ariza, Sonia Brúnar, Paco Mármol, JM Domínguez Leal, y Enrique Montiel entre otros, como la gastrónoma Charo Barrios, quien leyó un manifiesto de las papas aliñás, que fueron servidas también por obra suya al público asistente, junto a los pastelitos árabes de Xiomara Sáez, colaboradora también en la revista. El evento fue presentado por Paco Márquez, y cerrado por la directora de la revista, Rosario Troncoso, que, con la ayuda de Paco Mármol y Pedro S. Sanz, ha sacado a la luz un tercer número bellamente editado, y más rico en contenido y páginas. De la calidad de la edición es muestra la portada, obra del artista gaditano Raúl Gómez. En lo personal, deseo expresar mi gratitud a su directora por hacerme participar en dicho número con un poema y una reseña literaria, así como por haberme hecho miembro del consejo editorial de la revista para próximas entregas.












sábado, 22 de junio de 2013

LA CORRUPCIÓN COMO FACTOR DE GOBIERNO


Decía Aristóteles, escribiendo sobre las formas de gobierno, que la dictadura degenera en oligarquía; ésta posee dos virtudes, una moral, la tolerancia -frente al respeto, virtud de la democracia (pues el que tolera a otro lo hace desde un sentimiento de superioridad)-, y otra intelectual, el consenso, que asegura la coexistencia de las castas dominantes -frente al juego de mayorías y minorías propio de la democracia. De tal suerte, la sociedad española desde la época de la Transición se ha preciado de ser tolerante, y tanto en la esfera pública como en la privada hay un sincero afán por llegar a consensos -del que no se excluye últimamente ni al fascismo -cómo no, nacionalista- terrorista-; todo ello son elementos de la hegemonía cultural impuesta por la Oligarquía neofranquista que rige nuestros destinos (pues, al igual que en el Franquismo o en cualquiera otra dictadura no existe control sobre el poder ejecutivo); con la salvedad, como señala Antonio García-Trevijano, de que el Franquismo no necesitaba de la corrupción como factor de gobierno a diferencia del Régimen actual. La Transición, pues, fue un proceso destinado a la supervivencia del Régimen franquista, con su Sucesor a la cabeza, integrando en éste a los partidos de la oposición; para ello se creó, primero, un sistema electoral proporcional de listas -dando igual que sean abiertas o cerradas desde el momento en que los múltiples candidatos no representan al elector sino al jefe del partido que los coloca en aquéllas- que otorga el poder alternativamente a unos partidos estatales, que no cumplen su función de intermediarios entre la sociedad civil y el Estado, su enemigo natural, sino que forman parte de Éste y a éste defienden pues es quien los subvenciona -es un hecho inaudito en cualquier Constitución que se establezca en ella el sistema electoral, con el fin de blindarlo, como en la del 78, ajena por ende que fue a un proceso constituyente-; luego, se habilitó un entramado institucional, el Estado de las Autonomías, no destinado a descentralizar o desconcentrar la Administración, sino a multiplicarlo en torno a 17 centros, para colocar a los cuadros de los partidos y a sus henchidas clientelas. De tal manera que el partido que accede al poder en España, cumpliendo con su función de integrar a las masas en el Estado como preconizan los totalitarismos, cuenta con el ejecutivo y con el control del poder legislativo y de los órganos de poder de los jueces, a cuyos miembros se ha arrogado, con el consenso de las otras fuerzas mayoritarias, el poder de elegir. Sin representatividad ni separación de poderes, que garantiza la fiscalización del poder, la corrupción es el carburante del sistema, que a todos sus beneficiarios mantiene contentos, generándoles privilegios a los que no están dispuestos a renunciar, a costa de exprimir y explotar a la sociedad civil hasta lo insoportable de acuerdo con su espíritu de casta política, egoísta y cerrado, e indiferente, por tanto, a su responsabilidad suma en la ruina económica, educativa, cultural y moral de nuestra desorientada sociedad.
Parece por recientes encuestas que la corrupción ha pasado a ser la primera preocupación de los españoles; en tal caso, resulta sintomática la de la Casa Real, que no es para nada casual, pues es la clave de bóveda del sistema, como demuestra el hecho de que los poderes del Estado se lancen de una manera desvergonzada a ocultarla o minimizarla llegando al esperpento, como en el caso reciente de las presuntas propiedades de una las Infantas, en el que la actuación de Hacienda resulta extravagante, pues su brazo, como es sabido, es de hierro con cualquier otro ciudadano que no declare o declare incorrectamente el aumento de su renta.
Ante tales situaciones el ciudadano (en nuestro caso, súbditos de una Monarquía corrupta y degenerada, garante de este Estado de Partidos) se queda descorazonado, y frente a las actitudes serviles y cortesanas de muchos medios de comunicación siente la tentación de un ostracismo interior ilustrado, con el convencimiento de que votar en un sistema como éste es corromperse y contribuir a la corrupción. La única manera pacífica, pues, de socavar este régimen es la abstención activa, que acelerará su desligitimación, que es también la de la socialdemocracia surgida en Europa tras la Segunda Guerra Mundial, a pesar de la cristalización de sus élites, en palabras de Giovanni Pareto.


Ilustración: OPS

sábado, 15 de junio de 2013

"BAJO EL SIGNO DE LA ESVÁSTICA" DE MANUEL CHAVES NOGALES


La reedición de la obra periodística y literaria de Manuel Chaves Nogales (1897-1944) es uno de los hitos fundamentales de la cultura española de las últimas decadas, pues ha revelado al escritor sevillano como uno de los fundamentales del siglo XX. En esta ocasión, la editorial Almuzara publica en una edición muy cuidada un gran reportaje que realizara Chaves Nogales sobre la Alemania nazi al poco de la toma por el poder de Hitler en 1933 -ayudado por el sistema proporcional creado en la república de Weimar, y sus partidos estatales, germen del totalitarismo-, y que se publicó en una serie periódica en el diario Ahora bajo el título "Cómo se vive en los países de régimen fascista".
Frente a la mediocridad cortoplacista de la prensa escrita actual en España, que se reviste a menudo de ínfulas literarias, sorprende el nervio literario y sintético del reportero sevillano, que analiza con aguda clarividencia la sociedad alemana del momento, mirando por encima de los acontecimientos y de la anécdota colorista, para ofrecer a sus lectores de antaño y hogaño una visión cabal y vívida de una nación que desea y prepara la guerra en forma de relato apasionante por más que metódico.
Ya cruzando la frontera franco-alemana, nos transmite Chaves la sensación de hallarse en otro mundo, en el que el guardia patrulla junto a un nazi, y los miembros de los círculos pequeñoburgueses de las ciudades son los que han encubrado a Hitler, una pequeña burguesía deseosa de revancha nacionalista, y que es -antes y ahora- el caldo de cultivo de los fascismos: "Si Adolfo Hitler está gobernando hoy en Alemania, es porque lleva doce años predicando la guerra [...] Si los nazis se dedican hoy al deporte de cazar como a ratas a los judíos y los socialistas, es esencialmente porque los judíos y los socialistas son pacifistas. Esta palabra de "pacifista" es el mayor insulto que se puede dirigir en estos días a un ciudadano alemán" (p.26). Estos pequeñoburgueses desean  batirse por el ideal de la Gran Alemania, cuya misión es la de salvar la raza aria, y la civilización occidental con una nación en armas; por ello, describe Chaves la militarización soterrada de la sociedad alemana, ya de por sí disciplinada, no sólo a través de las fuerzas paramilitares del Partido, sino a través de organizaciones como las de "los trabajadores voluntarios", último  refugio de miles de técnicos en paro en la Alemania de la Gran Depresión, que trabajan a cambio de un pequeño jornal y en campamentos que Chaves asimila a soldadas y a cuarteles. Afirma el periodista que el trabajador alemán se ha dejado ganar por lo que Hitler ha tomado prestado al socialismo, aun si dejar de ser aliado de la pequeña y gran burguesía, con la que practica un doble juego, al tiempo que corteja a la juventud en paro y rebelde, su principal recurso, y la mujer es mandada de nuevo al hogar.
Chaves dedica un capítulo a la "extirpación metódica" -término hitleriano- de los judíos, a los que se priva de medios de vida al tiempo que no se les deja salir del país, y hace el cronista una clarificadora comparación con los Reyes Católicos -aunque no deja frecuentemente de comparar la Alemania nazi con la España republicana-: "Vamos nada menos que a reivindicar a los Reyes Católicos [...] si los Reyes Católicos en vez de católicos hubiesen sido arios, y en vez de la cruz hubiesen llevado en su pendón la svástica (sic), habrían encontrado un arbitrio menos heroico y más beneficioso que sólo su catolicidad les vedaba. No los habrían expulsado, no [a los judíos]. La expulsión ocasionaba un daño demasiado grave a la economía general del país. Hubiesen hecho algo más sencillo; no los hubiesen dejado vivir y no los hubiesen dejado marcharse. La barbarie medieval no permitió entonces el alumbramiento de esta fórmula genial del racismo, que estaba reservada a la mayor gloria del siglo XX" (p. 101). Chaves señala al pueblo alemán como al Gran Inquisidor del sadismo criminal de sus gobernantes, convertido en una masa llena de odio dispuesta a verdaderos crímenes. El libro se cierra con una entrevista de Chaves al doctor Goebbels, del que realiza un retrato implacable, y las crónicas de una conferencia ofrecida en Sevilla por Chaves sobre su reportaje, en la que se declaraba enemigo de las dictaduras roja, negra y parda "porque rebajan la dignidad del hombre".
Es admirable la claridad, rotundidad y facilidad de síntesis expositiva del autor sevillano, y su riqueza léxica que hace resonar en la memoria términos como "fascistizante" o "instantaneística".

domingo, 9 de junio de 2013

LA REVISTA ÁUREA, núm. 4


La revista áurea, editada y dirigida por Miguel Losada, cuenta con un cuarto número. Es característica de esta revista su sobriedad de formato, no reñida con una pulcra y elegante edición de los textos que contiene. La poesía es su único contenido, casi sin ningún otro tipo de referencias. Cuenta con tres secciones, una de poemas de diversos autores (entre cuyas composiciones destacaría las de José Manuel Lucía Megías, Ana Martin Puigpelat, y Beatriz Russo); otra de traducciones, de las que señalo "Llanto por Toledo", anónimo del s. XI, y una última sesión monográfica, consistente en una muy lograda antología de poesía peruana actual, en la que descollan las piezas de Marco Matos y Benggi Bedoya. Como colofón la revista ofrece una breve composición de Salvatore Quasimodo.

domingo, 2 de junio de 2013

DEL SUEÑO


El gigante de atrezo dormita un sueño inverosímil en medio de la plaza; Gulliver confiado cuyo reposo hierático apenas inquieta a los liliputienses de paso. La tramoya lo justifica y lo protege, pero, ¿quién nos ampara de su blanco ensueño?; el sueño, la muerte de cada día, decía Shakespeare, la burla del tiempo que son sus épicas de párpados inquietos, el límite de las aspiraciones de un hombre razonable desengañado del Futuro y su Mañana mensurable, el traidor que nubla las palabras del libro que cae de tus manos: la más dulce de las derrotas.