Este comienzo de vacaciones no ha sido todo lo placentero que esperaba; es ilusorio pensar que puede haber un corte radical e inmediato con la vida laboral (hoy me han llamado del trabajo para avisarme de que ha surgido un pequeño asunto que resolver, y allí volveré el lunes), y que la vida va a sonreirte porque sí (ayer, cuando volví a casa al terminar mi último día oficial en el instituto, me encontré con un furgón funerario en la puerta del edificio, y en el pequeño patio interior topé con un ataúd que dos fornidos operarios acababan de cerrar, e izaban a pulso: un vecino acababa de fallecer, y en el pequeño bajo donde vivía no cabía el oblongo féretro; después de dar el pésame a los familiares, no me quedaban ya ganas de llegar a casa y poner satisfecho los pies encima de la mesa). También hay lugar para la decepción: fui esta mañana a recoger un libro encargado, y no llegó en las condiciones esperadas. Todos estos presagios no me gustan: no sé si podré dedicarme con calma a lo que pretendía este verano: terminar de revisar mi tesis doctoral para su posible publicación; me gustaría, en todo caso, poder hacer igual que el gato tumbado al sol en los bloques del Campo del Sur, inmóvil como si quisiera mimetizarse con el áspero hormigón, y plácidamente olvidado de sí mismo, en amigable madeja de sueño, más que nunca hermano de la muerte.
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9 comentarios:
Venga, que no, que va a ser bueno el verano. Un abrazo, JM, con tiempo para leer y trabajo estable ¡ya tienes mucho ganado!
Menos mal, querida Aurora, que hay gente como tú para levantarte la moral.
Nos vemos.
Solo ha sido el primer día...
A mí, el último día en el colegio solo me acarreó un cabreo de los que te consumen las tripas aunque te tomes mil omeprazoles...
Sin embargo, el día de hoy me ha traído buenos ratos. He visto el mar en Punta Umbría esta mañana (tenía que ir a recoger unos paneles de un concurso de arquitectura el que me presenté y no gané), y por la tarde paseo por el centro de Sevilla con mi dueña y señora y compras en la Casa del Libro. Como estoy enganchado a Murakami, me he comprado "After Dark". Como quiero revisar "clásicos", he añadido "El guardián entre el centeno". Buena lectura para iniciar unas vacaciones que espero que sean dichosas.
Un abrazo.
Querido José Miguel,
aunque no nos resulte simpático,no queda otro remedio que ser intolerante!Si te quieres dedicar a leer y escribir en paz, medio mundo creerá que tiene derecho a importunarte.
(Te animo desde el propósito egoísta de leer algún día tu tesis)
Un abrazo,
Ignacio
Espero que estas vacaciones, amigo Opinador, te sean felices, feraces y fructuosas.
Un abrazo.
Querido Ignacio,
te agradezco tus buenos propósitos, y que se cumplan tus deseos.
Un abrazo.
Buenas tardes José Miguel:
Me he encontrado con su blog mientras buscaba algún manual de métrica y rítmica. Lo cierto es que he dado con la catedral del profesor Agustín García Calvo pero por cuestiones de diletantismo y presupuesto, sobre todo, está fuera de mi alcance. Me preguntaba si me puede recomendar eso: algún buen manual de métrica y versificación que recoja los conceptos de cantidad de los clásicos
y que llegue hasta los metros y ritmos de nuestra lengua.
Muchas gracias por su tiempo y consideración y felicidades por su interesante blog.
Un saludo.
Buenas tarde, Gorka:
Comprendo sus aprensiones hacia la "catedral" de García Calvo: yo la estoy leyendo, y entiendo que puede resultar ardua su lectura. Me atrevería a recomendarle, por su claridad expositiva y su referencia a los moldes clásicos la obra de Tomás Navarro Tomás, "Métrica española. Reseña histórica y descriptiva", 1956. Lectura que puede complementar con la de del libro "Iniciación a la métrica latina" de F.Crusius.
Cordiales saludos, y bienvenido.
Muchas gracias José Miguel:
Según la semana se vaya estirando pasaré por La Casa del Libro para darles un tiento a los manuales que me recomienda.
Trataré, también, de ser bueno en lo que queda de año para ver si los Reyes se acuerdan de mí dentro de unos meses y me echan el García Calvo.
Un saludo y me seguiré pasando por esta su casa en la red.
Hasta luego.
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