MEMORIA MÉTRICA

Miscelánea del escritor José Miguel Domínguez Leal

martes, 26 de abril de 2011

SALAMANCA

He estado unos días en Salamanca con mi mujer. Nunca había visitado la ciudad, y la verdad es que me ha conquistado. Es abarcable, y, al mismo tiempo, inaprehensible en sus recovecos, donde el tiempo transpira, transido de la juventud ambiente que da a esta ciudad universitaria ese aire ambiguo de convivencia gozosa e inefable de lo nuevo y lo antiguo, de lo eterno renovado en suma.
El tiempo, que ha vuelto esa piedra tan característica de las edificaciones salmantinas dorada y rojiza, como con vida propia; piedra que es rompeolas de lo humano civilizado, de su impenitente vocación de permanencia.




6 comentarios:

El alegre "opinador" dijo...

Hace años tuve la suerte de hacer dos cursos de cinco y tres semanas en Salamanca y me enamoró. Este año he estado una semana en un curso en enero y he vuelto a disfrutar de lo lindo. Como a ti, me encanta esa ciudad.
Un abrazo.

José Miguel Domínguez Leal dijo...

Envidia me has dado, amigo Opinador.
Un abrazo.

Retablo de la Vida Antigua dijo...

No se olvida Salamanca.

Saludos.

Máster en nubes dijo...

Ese color de la piedra tan bonito... Y la luz. Y todo. El campo de Salamanca de morirse, no es la ciudad solo. Un abrazo, la próxima vez con visita a las provincias cercanas, ¿vale?

José Miguel Domínguez Leal dijo...

es inolvidable, amigo del Retablo.
Saludos.

José Miguel Domínguez Leal dijo...

Querida Aurora, tengo propósito de enmienda, y estoy listo para el acto de contrición y la penitencia.
Un abrazo.