Inspirado en el cuadro homónimo de Turner
El cielo se torna gris ominoso.
Una bandada de pájaros negros
formó un arcoiris desconcertado.
El viento en el bosque es bramar ceniciento,
e híspidas bestias desconocidas
corren ansiosas hacia el otero.
La perra gime sobre sus crías,
muge la vaca por su ternero,
y forman los hombre hileras de sombras,
creciendo en acuoso exilio del suelo.
3 comentarios:
Precioso, José Miguel. También yo cuando miro un cuadro me empiezan a brotar versos y disfruto creando de esa manera. Un abrazo.
Buen poema, José Miguel, y buena fuente de inspiración.
Un abrazo, Javier.
Muchas gracias, amigos, por vuestros comentarios.
Sendos abrazos.
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