Hoy he recibido en el centro la visita de un representante editorial que viene periódicamente a presentar las novedades en libros de texto. Él me ha confirmado que el próximo curso no habrá cheque-libro, y que, por tanto, no podré solicitar los cambios y actualizaciones de manuales que pensaba pedir como jefe de departamento de mi asignatura, francés. Traía un material novedoso para las pantallas digitales que se van a instalar para el curso próximo, pero como él me decía, tendremos las pantallas (quizás) pero no el material didáctico elaborado desde las editoriales para usar en estos dispositivos, pues en los institutos tendremos que usar los libros del programa del gratuidad, que ya no podrán cambiar al menos un año más. Esto resultará ruinoso para las editoriales, que han acabado perdiendo con este programa (tanto es así, que el representante al terminar su presentación en el ordenador, se llevó el material de demostración que había traído, cosa inaudita, pues siempre lo dejaban en los centros).
Nunca me gustó este Programa de Gratuidad (el mismo concepto de gratuidad es falso: no hay nada gratis, todo sale de nuestros impuestos). Pienso que sólo se deberían haber dado libros "gratis" a las familias en situación de precariedad económica, no a todo el mundo. Supone, además, una carga adicional de trabajo para los profesores tutores y equipos directivos que deben controlar el buen estado de los libros y su entrega y recogida al final de curso, pues los mismos libros servirán para los nuevos alumnos del curso siguiente. Al final tanta "modernización" nos hará tener en los centros un stock de libros que se irá deteriorando de año en año, junto a novedosos equipos informáticos de utilidad variable.
Esta segura senda de depauperación va balizada por la certeza de la reducción de nuestro sueldo, que me hará, al menos, un 5% menos comprensivo (a los que te obliga, por otro lado, el sistema de exclusión de responsabilidades de nuestra legislación educativa) con la falta de interés de muchos alumnos, su haraganería, y su desprecio a lo que represento, así como con la posible falta de colaboración, cuando no hostilidad abierta, de muchas familias. Ya basta con cargar sobre nuestros hombros con tareas burocráticas que no nos corresponden y con ruedas de molino psicopedagógicas. En este sentido pende sobre nosotros, como espada de Damocles, la amenaza de la aprobación (con probable nocturnidad y alevosía veraniega) del nuevo Reglamento de Organización de los Centros, que ha soliviantado al colectivo profesoral en su inmensa mayoría. Aparte de sus numerosos dislates, al parecer dicho ROC te obligará a aceptar cualquier justificación de faltas que aporten los padres, lo que facilitará la existencia de los "exámenes a la carta" según conveniencia de alumnos y familias...
En este contexto, no me sorprende la noticia del fracaso del llamado Pacto Educativo del ministro Gabilondo (otro insigne olvidable), pues, como ya comenté en una entrada anterior, sólo pretendía blindar el conglomerado logsiano ya existente, con algún leve maquillaje (la derivación hacia la FP debería realizarse ya en 2º de ESO, no en 4º, como se proponía, pero ese ir juntos de la mano en el lecho de Procusto de los Centros de Secundaria Obligatoria sigue siendo del agrado del coro de los camboyanos, que si no, no tendría razón de existir sin sus cantos de sirena igualitaristas), sin tocar los dislates cometidos en las Autonomías (el "nacional-aldeanismo" del que hablaba Mercedes Ruiz Paz).
No me sorprende, finalmente, la propuesta del nuevo inquilino del Palacio de San Telmo de hacer que en 5 años se implante el portugués como segunda lengua extranjera en Andalucía, como si fuera uno de esos planes quinquenales de la antigua URSS. Esto demuestra el escaso contacto que tienen, por lo general, nuestros políticos y sus operaciones de imagen con la realidad.
"El futuro es una guasa, puro cine" decía Blaise Cendrars en sus memorias sobre la Primera Guerra Mundial, que escribía mientras veía a los nazis invadir su amada Francia.
Todo empeorará... antes de ir a peor.
9 comentarios:
José Miguel... ¿qué puedo decirte? En fin, desde fuera y por lo que se ve parece que la educación sería de lo primero (con el Estado de Autonomías que es un desastre) que habría que afrontar. Me dais mucho coraje los profes, parecéis que estáis en medio y os caen de todos los lados...
Muchas gracias, Aurora. Creo que la educación es un microcosmos que está reflejando la paranoia a la que está llegando este país.
Un abrazo.
Creo que me ha dado error el comentario que acabo de hacer. Resumiendo, que estoy totalmente de acuerdo con lo que dices, y con más cosas, pero que pienso que hay que ser, aunque es difícil, un poco optimista. Es más fácil que la situación vaya a mejor que a peor, y mi estrategia es "yo a lo mío", haciendo las cosas bien, por supuesto, poniendo un granito de arena y p'alante. Algo se consigue así.
Un abrazo.
Hola José Miguel!
Un poco negro me pintas el panorama de la enseñanza, que sin duda, tú lo conoces muy bien y de cerca. Un reflejo de lo que se cuece en otras esferas, una lamentable situación a la que hemos llegado y de la que no sabemos cuando ni cómo saldremos.
Los profesores de enseñanza media, sois para muchos, los heroes olvidados, que os dan por todos los lados y no teneis el reconocimiento que sin duda os mereceis.
Mi sobrina, licenciada en filología hispana no quiero ni oir de institutos, y está en un colegio de primaria dando clase.
Mucho ánimo y adelante!
Un beso
Muchas gracias, tocayo, en esa actitud tuya creo que estamos los que aún amamos esta profesión, y tenemos sentido de la dignidad.
Un abrazo.
Amable Grandolina,
Muchas gracias por tus palabras y tus ánimos. Yo también conozco casos de personas que se han pasado de secundaria a primaria.
Esta profesión refleja lo que está pasando en la sociedad, caracterizada por el desnortamiento y la disolución moral.
Un beso.
José Miguel, no sabes lo acertado de tu entrada, rompedora y que comparto al cien por cien. La anécdota del representante editorial parece de perogrullo, pero es la realidad. Lo de la gratuidad de los libros siempre me pareció aberrante, porque supone un pastón, se crea la conciencia "del gratis" y al final los libros acaban deteriorados y pintarrajeados. Y aunque el director denuncie el deterioro, como es su obligación, a ningún padre le van a meter caña en un juzgado por el deterioro de unos libros. Cada vez, a los profes, nos meten más responsabilidades que nada tienen que ver con dar clase. Y nos intentan engañar con chorradas psicopedagógicas que no valen para nada. Y lo peor, es que si alguien con sentido común hiciera la necesaria reforma, el atraso que ha propiciado la logse-loe, sería arrastrado durante años. Vamos, que haría falta una década para poner esto de la Enseñanza en condiciones. Qué pena. Y qué futuro nos espera cuando estas generaciones alcancen la madurez. No lo quiero ni pensar.
Enhorabuena, valiente, y un abrazo.
Estoy de acuerdo contigo con que haría falta al menos una década para reconducir el desaguisado. Soy pesimista, como sabes. No hago más que seguir la estela de otros artículos, como los tuyos, Paco, que sí que son meritorios y valientes.
Un abrazo.
Suscribo palabra por palabra tu magnífica entrada. Me ha encantado el concepto de nacional-aldeanismo, que no conocía y que emplearé con convencimiento.
Desgraciadamente, comparto también contigo la sensación de que, irremisiblemente, nos vamos al carajo.
Un abrazo.
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