He estado esta tarde en la feria del libro del Cádiz. Los puestos de librerías ofrecen en primer plano las novedades editoriales, que se repiten en caleidoscopio de color de estancia en estancia; y los de las instituciones muestran títulos de diverso interés. Me detuve un rato en un puesto de una editorial especializada en facsímiles. Llamó mi atención un Apocalipsis iluminado que se conserva en la Biblioteca del Escorial, tanto por sus imágenes como por el texto latino, que resultaba gratamente legible. No me decidí a preguntar su precio, aplastado por la obviedad.
Asistí luego en el salón de actos de la feria a la presentación del último poemario de José Manuel Benítez Ariza, Diario de Benaocaz. Tras la escucha a modo de introducción por la Organización de una desvencijada grabación de una recitación del propio Miguel Hernández (tan cascada que no podía evitarse pensar en una psicofonía) el editor de la editorial Pre-Textos presentó al autor y a la obra, señalando la nueva etapa que representaba esta obra en la trayectoria de su autor, y resaltando su ya conocida trayectoria literaria, en la que quería destacar su clasicismo, musicalidad y variedad temática.
Acto seguido, tomó la palabra JM Benítez, quien comentó el contenido y la estructura -tripartita- del libro. Me llamó mucho la atención que comentara que él, en cuanto a la poesía, no se sentía totalmente cómodo con el formato libro, sino que el prefiere hablar de cuadernos, y de cómo esos cuadernos van creciendo en paralelo a lo que él considera, desde algunos años, su marco de referencia en cuanto a creación literaria: su diario abierto o bitácora que mantiene en la Red. Para él, pues, sus poemas son como apuntes o entradas desarrolladas de dicha bitácora. Resulta, en mi opinión, muy loable y novedoso esta planteamiento de Benítez Ariza, que dignifica y da sentido a la escritura de blogs.
Tres palabras resonaban en la presentación que hizo de su poemario: musicalidad, plasticidad e intimidad. En su retiro del bello pueblo de la sierra gaditana que da nombre al libro -beatus ille-, el autor ha tenido oportunidad de trabar profundos lazos de amistad con una escuela de pintura local, a la que profesa una gran admiración. Esta convivencia con la plasticidad y el gusto por los temas pictóricos -comentaba el autor- se plasma en la segunda parte del poemario. Efectivamente, los títulos de los poemas podrían evocar los de otros tantos cuadros (Puente de los prodigios, moras, sendero, etc.). La primera parte del libro, en cambio, recoge algunos de los temas constantes en la producción poética del autor gaditano. Destacó entre ellos el de la intimidad, que el autor considera como la esfera del ser humano más amenazada en la actualidad. En la tercera y última parte del poemario, JM Benítez destacó su carácter de crisol de nuevos caminos por los que el autor desea deambular, ciertamente, bajo la luz y los colores de esa hermosa tierra que se convierte en materia literaria y cromática de su poesía; senderos marcados por un ansia de trascendencia, que no viene encauzada por una Fe dada, sino que llega al autor envuelta en rumores de dulces voces y la luz vespertina, trasunto de ese dolor inasible de la existencia, que es también una promesa (Ese dolor, que es un racimo -verso que cierra el libro).
Un libro, pues, que leeré con gusto, y que promete gratas sensaciones, intuiciones, y quién sabe si sinestesias.
4 comentarios:
Seguro que tratándose de nuestro compañero José Manuel, el libro no te defraudará, José Miguel. Por otra parte, me alegro de que disfrutaras de ese paseo por la feria del libro que siempre es gratificante. Te puedo decir que yo estoy deseoso de que empiece la de Madrid para poder pasear todos los días entre sus casetas. Un abrazo.
Gracias por la crónica del acto, JM, que es también una cumplida reseña del libro. Un abrazo.
Aún residiendo en Puerto Real, otras ocupaciones me habían impedido conocer de la Feria del Libro de Cádiz. Casual y afortunadamente he aterrizado en este blog -que veo cuajado de interesantes reseñas y una poesía condensada y poderosa- con lo que llego a tiempo para la visita a lo que tanto me gusta.
Un saludo afectuoso.
Gracias a ti, Paco, por estar siempre ahí, y gracias a ti, José Manuel, por tu libro, y por darme motivo para esta entrada.
Muchas gracias por tus palabras, Manolo, y sé bienvenido a este blog.
Un fuerte abrazo.
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