MEMORIA MÉTRICA

Miscelánea del escritor José Miguel Domínguez Leal

lunes, 5 de abril de 2010

SAN PEDRO DE CARDEÑA (II)

Los amables comentarios de Aurora y Grandolina me animan a insistir en el tema del monasterio de San Pedro de Cardeña. Siempre me he desplazado allí desde Bilbao con mi amigo Fernando, quien fue el que me lo descubrió. Es posible sentirse allí en gran libertad, y al mismo tiempo participar, con respeto y dentro de los límites fijados, en la vida monástica. En su interior se albergan numerosas obras de arte antiguas y modernas, y el conjunto monumental refleja una armonía que no transparenta su azarosa historia. En este sentido, puedo recomendar la obra de Fr. J. Marrodán,O.C.S.O, Vamos a San Pedro de Cardeña, 2006 como una buena introducción al arte y la historia del monasterio. Los huéspedes que he conocido allí son personas en búsqueda de cierto alejamiento del "mundanal ruido", de un retiro espiritual esencialmente, aunque hay toda clase de casos. Reproduzco a continuación algunas imágenes que expresan la sobria belleza del lugar y que tomé en el interior del conjunto accesible a los huéspedes y en la iglesia, donde se halla la tumba del Cid, vacía como se sabe, desde la Guerra de Independencia, cuando fue profanada por los franceses:












8 comentarios:

Máster en nubes dijo...

JM, gracias, acabo de entrar en la web de San Pedro tras ver tus fotos y entrada y realmente es PRECIOSO el sitio, vaya lugar... En fin, con este ruido de Madrid tu entrada da paz... Ora et labora y ... pues ya hasta mañana que aquí no tocan laudes ni tampoco suena diana... pero sí suena el despertador a las 6 am ;-) Saludos cordiales, cuéntanos más... Sé que soy pragmática pero ... ¿de qué viven los monjes?, ¿de qué comen?

Paco Gómez Escribano dijo...

El sitio tiene una pinta espectacular, José Miguel. Siempre me ha apetecido irme a un monasterio con hospedería, aunque nunca lo he hecho. Espero que el momento esté cercano, lo que pasa es que cuando tengo vacaciones, siempre me surge algo. Un abrazo.

José Miguel Domínguez Leal dijo...

Amiga Aurora, los monjes envejecen vinos (el "valdevegón"), y hacen licores. Tienen su tienda de recuerdos, y sus pequeños huertos. Ellos preparan su propia comida, y la que se sirve a los huéspedes (a diferencia del monasterio de Leyre, donde tienen un cocinero foráneo, y se nota la menor calidad. En cambio, se come allí en el refectorio con los monjes, cosa que no se puede hacer en San Pedro; lo malo de Leyre es que no se permite la estancia de mujeres). Luego son los huéspedes los que recogen sus mesas, y algunos se encargan voluntariamente de fregar y poner el lavavajillas que tienen allí (por unos 33€ todo incluido me parece hasta de rigor).
Un fuerte abrazo.

José Miguel Domínguez Leal dijo...

Amigo Paco, es un placer volver a leerte de nuevo. Espero que estés bien. La verdad es que es un lugar magnífico, donde se puede "desconectar" fácilmente, y no existen más obligaciones que las de respetar los horarios de las comidas, y la del cierre de la puerta del monasterio (9 de la noche), aunque, quien más y quien menos, acaba asistiendo a los rezos y cánticos. Si se va con coche, se dispone de una excelente base para explorar la zona.
Un fuerte abrazo.

Grandolina dijo...

Me encanta ver estas fotografías, que me resultan tan familiares.
Te quedaron magníficas, me ha gustado mucho la de la sala de reuniones, con el sol entrando a través de las cortinas, lásstima que no se vea la mesa.
Tanto el monasterio, que es muy amplio, como el entorno son fantásticos para desconectar del estres y del ruido,
Tienen un claustro románico y una biblioteca con un buen número de libros, la pena es que el acceso esta restringido.

Gracias por la aportación.
Un beso.

José Miguel Domínguez Leal dijo...

Muchísimas gracias, Grandolina. La próxima vez a ver si consigo ver la biblioteca.
Un fuerte abrazo.

Grandolina dijo...

Yo algún privilegio tengo, así que si puedo echarte una mano...

Con tu permiso voy a imprimir el poema que escribiste y cuando me acerque al monasterio se lo entrego, seguramente les gustará leerlo.

Un beso

José Miguel Domínguez Leal dijo...

Eres muy amable, Grandolina. Me haces un gran honor llevándoles mi humilde poema. Dale recuerdos a fr. José Luis de mi parte.
Un beso.