Los soldados avanzan contra un viento invisible; con sus fusiles parecen remar en un mar de tierra revuelta, o sostenerse con ellos contra esa fuerza transparente que los repele, ominosa y a la vez protectora, heraldo de la muerte mecanizada. Obreros del infierno, se rodearán de estruendos metálicos, tras esa marcha forzosa contra el sentido y la vida.
Imagen: Abin Egger-Lienz, For the nameless, 01914
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