MEMORIA MÉTRICA

Miscelánea del escritor José Miguel Domínguez Leal

martes, 3 de mayo de 2011

CUADROS PARA UN BLOG

Acabo de terminar un cuadro, de esos que pinto en ratos perdidos; se trata de una copia infiel al acrílico de un óleo de Darío de Regoyos titulado "Pancorbo: el tren que pasa" (1909). Elegí esta obra como contraste con el cuadro de Turner que copié anteriormente. Me gustó de esta pintura su riqueza de colorido, y su encuadre tortuoso que enmarca un entorno idílico y evocador, aunque desolado, donde las dos pequeñas figuras infantiles saludan al azul oscuro del tren, que parece queder fundirse con los tonos azul-verdosos que predominan en el rico cromatismo de la obra, y quedarse ahí para siempre. La copia es más fauve que el original, como dice el hijo de un buen amigo; me he confiado a la panoplia cromática del acrílico y a mi (im)pericia de aficionado.
Como ya dije, el acrílico es una técnica limpia que te permite pintar en casa, sin las servidumbres (ni las grandezas) del óleo.
Me ha ocurrido a veces que cuando alguien se entera de que pinto, me pidan un cuadro en el acto y por las buenas. A nadie se le ocurre, como dice mi amigo el pintor Javier Molina, al conocer a un fontanero pedirle que te arregle el grifo por la cara. Y como el Dinero es la Realidad, como decía Agustín García Calvo, al que me diga esto le pediré 200€, y así seguro que me dejan tranquilo.

4 comentarios:

El alegre "opinador" dijo...

No conozco el original del cuadro, pero sí conozco Pancorbo y lo refleja my bien. Enhorabuena por el cuadro.
Algún día te contaré las cosas que llega a pedir la gente cuando se entera de que uno es arquitecto... Y también te contaré el tiempo que pasa hasta que a alguien se le ocurre que tendrá que pagar por lo que pide.
Un saludo.

José Miguel Domínguez Leal dijo...

Muchas gracias, amigo Opinador, por tus palabras.
Un abrazo.

Fernando dijo...

Hacía mucho querido Josemiguel que no recalaba por tu blog y celebro francamento el hacerlo de nuevo. Me he tragado tu perorata antimonárquica que comparto en buena parte (también he escuchado al entrañable Trevijano en el programa de "Lágrimas en la lluvia") aunque no sé si soportaríamos de nuevo la república. Pero cuando he visto el cuadro no lo he dudado: ¡coño, Pancorbo! y me he acordado de la subida que hice junto a mi tocayo Fernando, a quien conoces, a los cerros de ensueño que enmarcan el pueblo encajonado en la garganta.
Un abrazo y disfruta pintando.

Blanca dijo...

Me encanta esa pintura.

Pasar por Pancorbo en tren es...impresionante.
Saludos.