viernes, 24 de febrero de 2012
BENAOCAZ, 1960
Las calles reptan bajo un sol sin ganas,
preseas de un futuro ya anodino;
las ovejas que pacen orillean
las casas encaladas y filosas,
mientras el viento bate los collados,
y estremecen su verde los matojos.
Espejismos, ardores, soledad
acosan la memoria envejecida
del temor al olvido que promete
la sierpe silenciosa de la sierra,
ya túmulo terroso de horizontes.
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