MEMORIA MÉTRICA

Miscelánea del escritor José Miguel Domínguez Leal

viernes, 2 de diciembre de 2011

PRESENTACIÓN DE "RONDA DE MADRID" DE JOSÉ MANUEL BENÍTEZ ARIZA


El miércoles pasado acudí a la presentación de la novela Ronda de Madrid de José Manuel Benítez Ariza. El acto estuvo presentado por Rafael Marín, quien protagonizó un simpático alimón de preguntas y respuestas con el autor de la obra. La novela, cierre de una trilogía, está ambientada en el Madrid de 1986, y pinta personajes y lugares (como los trenes llenos de marineros, y los pisos infectados de insectos) con parte del ambiente musical de la época. Una de las cosas sobre las que reflexionaban ambos artistas era sobre la diferencia de gustos musicales que podían darse a pocos años de distancia, como son los que separa a Benítez de Marín. Ciertamente, en ese gozne de los años ochenta se produjo un gran y radical cambio de gustos en todos los aspectos, como si fuera uno de esos cambios de paradigmas científicos que uno estudió en la universidad. Benítez Ariza expresó finalmente su deseo de darle un respiro a su producción novelesca, y retomar su creación poética, tras dos años de silencio.

La rica y animada palabra de ambos escritores contrasta en mi memoria con el abusivo uso que hacen otros de instrumentos como el power-point. He asistido a cursos donde el conferenciante se limitaba a explicar un -eso sí- vistoso power-point, con información que ya conocíamos previamente, o que habríamos podido localizar fácilmente en internet. La cosa empeoraba cuando el señor en cuestión, para hacerse el simpático, confesaba que había preparado el power la noche antes, o se ponía muy negra cuando intentaba dejarnos claro que era un privilegio para nosotros participar en el curso de marras, de lo que debíamos sentirnos contentos nosotros, "aprendientes" como nos llamaba con chirriante neologismo. Tal afán de jerga es muy propio de la pedagogía light dominante, que llevaba al buen señor a pedirnos, por ejemplo, que buscáramos en un análisis de texto no una estructura, sino una "sensación de estructura" (el Diablo sabrá lo que eso es). En otra ocasión que había un conferenciante que venía a pecho descubierto, sin ordenador, le hice unas objecciones a su exposición, y, entonces, en vez de contestarme, lamentó no haber podido traer un power-point para explicarme sus argumentos (claro, defendía que no debía insistirse tanto en la transmisión de conocimientos en la escuela, pues todo está en internet). En fin, sin comentarios (a falta de power-point).

2 comentarios:

Retablo de la Vida Antigua dijo...

Lo del power-point es una maldición. Hasta en las misas lo utilizan ya, que esto lo he visto yo.

Mis saludos.

José Miguel Domínguez Leal dijo...

Me resulta inaudito lo del power-point en las misas; sí que se ha llegado lejos.
Un saludo.