En primer lugar, mis mayores gracias al desconocido amigo o amiga visitante que realice esta visita. Me ha hecho pensar en este número en concreto la novela La noche mil dos de Joseph Roth, que leí en una traducción italiana -obra donde la vida se despliega en un amoroso demorarse en la descripción de su concatenación agridulce, nada que ver con el cartón piedra sanguinolento de S. King-. He estado reflexionando en lo que he leído en otros blogs sobre la literatura en la red (especialmente en el de JM Ridao y el de Aurora Pimentel), y me encuentro ahora en un curioso punto de inflexión: ya no me encuentro con esa cierta ansiedad de vigilar el número de visitas, seguidores y comentarios, y me empiezo a distanciar un poco (en el sentido de apreciar la perspectiva), en una especia de ataraxia bloguera. Ciertamente, el blog es una formato o plataforma de escritura distinta a lo que imaginaba (si es que imaginaba algo), y está condicionando mi labor creadora. Antes, hasta hace poco, sólo escribía poemas, y ocasionalmente los presentaba a concursos literarios; ahora, sigo escribiendo, tengo 22 composiciones para mi nuevo poemario que tiene una estructura bastante clara; algunas las he presentado aquí en el blog, e incluso han sido creadas ex professo para él. El hecho es que el blog ha pasado a ocupar el primer plano (me acuerdo de las recientes declaraciones de una escritora catalana que decía que no tenía blog porque no le gusta trabajar gratis; bueno, no deja de tener su lógica...). Me pregunto últimamente si conseguiré alguna vez publicar en papel... Mientras tanto, aquí recibo comentarios directos de los lectores, y se crean redes de complicidad con personas afines e interesantes. No me veo capaz de escribir una entrada diaria; me parece una labor hercúlea que tampoco me va. Si sintiera que no tengo nada más que decir, dejaría de publicar en el blog. En el ínterim, amigos, amigas, os sigo agradeciendo de todo corazón vuestras visitas y eventuales comentarios.
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5 comentarios:
La verdad es que esto de los blogs es una cosa curiosa cuyo alcance yo ni siquiera llegué a imaginar jamás. Yo creé el mío sin ninguna pretensión y ahí está y gracias a él estoy conociendo gente diversa y enganchándome en redes de los más curiosas.
Enhorabuena por esas visitas, José Miguel y ánimo. Tampoco hace falta publicar todos los días, yo tampoco podría. Un abrazo.
Gracias a ti, tocayo, por publicar y compartir, que al fin y al cabo es de lo que se trata, en papel o en Internet.
Un abrazo.
Muchas gracias, amigos, nos leemos. Espero algún día conoceros en persona, y poder decir cosas como eso de "en el blog pareces más alto", etc. Un fuerte abrazo.
Felicidades por ese número redondo. Y que cumplas más y más.
Muchas gracias, Antonio, y tú que lo veas, como se decía antaño.
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