MEMORIA MÉTRICA

Miscelánea del escritor José Miguel Domínguez Leal

domingo, 12 de mayo de 2019

CARMONA




La semana pasada fui con un compañero y nuestros alumnos de latín (lo que enseño en mi instituto junto con el francés) al conjunto arqueológico de Carmona y al museo arqueológico de Sevilla. El día apuntaba a un calor sofocante con su luz deslumbrante. Llegamos temprano, no obstante, a Carmona, y visitamos la necrópolis, en la que destacan, como se sabe, la tumba de Servilia y la del Elefante, llamada así por la escultura cuyo original se encuentra en el pequeño museo del Conjunto. Es siempre difícil hacerse una idea del esplendor de las cosas a través de sus ruinas, que te hacen pensar a veces en un campo de trincheras. Es cierto, empero, que las reproducciones digitales y los medios audiovisuales, junto con las visitas guiadas y/o dramatizadas, ayudan al visitante a situar los dispersos y truncos restos del naufragio del tiempo que suponen los yacimientos arqueológicos.









Luego, fuimos a la capital par visitar el museo arqueológico. Recorrerlo me retrotrajo a mi época de estudiante hace décadas en Sevilla, pues tal fue la impresión de antiguo que sus instalaciones me dejaron. No cesan, sin embargo, de impresionar sus amplias y altas salas de exposición de esculturas y mosaicos, que se antojan ya inseparables de las piezas expuestas.










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