MEMORIA MÉTRICA

Miscelánea del escritor JOSÉ MIGUEL DOMÍNGUEZ LEAL

sábado, 21 de abril de 2012

VIAJE A ARLES (I)


Acabo de regresar de un viaje de intercambio escolar a Arles (Francia) que ha durado diez días. Aunque se lo conozca parcialmente, siempre choca trabar un contacto más profundo con un sistema escolar distinto al nuestro. Ciertamente, hay muchas diferencias, empezando por los horarios (de 8 a 17:00, con la comida en la cantina a las 12:00), y la labor de profesorado, que se dedica exclusivamente a dar clases (18 horas a la semana como nosotros), y no hace guardias de clase o de patio (para lo que existen vigilantes especiales) -somos denigrados, pero aquí en España le ahorramos así mucho dinero a la administración-; sorprende también que exista enfermería y asistencia social permanente en el centro, así como el respeto y las formas que se guardan normalmente (los alumnos no tutean nunca a los profesores, que cuando vienen a España se sorprenden de la "horizontalidad" de relaciones que se establece en nuestro sistema, que no debería ser mala a priori, pero que tiene las consecuencias que todos conocemos). Los directores no son profesores del centro, como aquí, sino elementos externos, lo que imagino que tendrá sus ventajas e inconvenientes, teniendo siempre en cuenta el factor humano.
El colegio de secundaria al que fuimos (en Francia están separadas la secundaria del bachillerato en centros distintos, lo que a mí me parece mejor, aunque hay opiniones para todos los gustos) se llama Vincent Van Gogh, en recuerdo de la estancia del famoso pintor en la ciudad, y está decorado con una escultura de un toro, simbolizando el amor que existe en la región por la tauromaquia. Una extraña revelación en estos tiempos tan antitaurinos.
Estoy muy agradecido a la profesora organizadora del intercambio en la parte francesa, Mme Castillo, y a sus compañeros, por la acogida y su impecable organización. Esa afición por lo español se ha notado en la amable acogida ofrecida por las familias francesas a nuestros alumnos. Mme Castillo es profesora de español, y disfruté visitando su clase, en la que encontré un espejo invertido de lo que hago yo respecto al francés.

Un día, nuestros alumnos fueron distribuidos en distintas clases del colegio, y yo pedí permiso para asistir a la de latín con algunos de ellos, pues tenía curiosidad por ver cómo se impartía en francés. La profesora, joven, amena y carismática (aunque cordialmente indiferente a mi admiración) explicaba, gracias a textos de Suetonio y Tácito, el episodio del incendio de Roma bajo Nerón, y aprovechó para recordar la formación del acusativo, y explicar la quinta declinación a partir de un diebus que aparecía en el texto, haciendo referencia a la presencia de la raíz indoeuropea di- en palabras como lundi, mardi, etc. Recordé con pesar aquellos tiempos en que en España se enseñaba más latín, y cómo todos nos hemos empobrecido con su relativa pérdida.

2 comentarios:

Máster en nubes dijo...

¿Pudiste ver algo del campo? Dicen que la Camargue es muy bonita. Lo del Vd. deberíamos recuperarlo.

José Miguel Domínguez Leal dijo...

Sí pude ver algo de campo, aunque no todo lo que quisiera. Ya lo contaré en alguna otra entrada. Hermoso paisaje de marismas y caballos. Lo del Vd., o cualquier signo equivalente, no estaría mal.
Un abrazo.