La sombra, criatura multiforme, se prodiga en el muro frontero. Clon sinuoso, se destaca caprichosa de la materia que le da sentido. Carece de fondo, de perspectiva, puro trampantojo de la oscuridad. Al contrario del girasol, se desvanece cuando palidece el astro acusador, su doble, su razón de vivir, su enemigo. No nos inquieta demasiado, de saberla tan vana. Pero su vocación trepadora y totalizante hace temer por la cordura de la fachada, que transpira obviedades por sus ventanas.
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