MEMORIA MÉTRICA

Miscelánea del escritor José Miguel Domínguez Leal

viernes, 17 de septiembre de 2010

DE BÚHOS Y UN POETA NOCTURNO


Es curioso cómo la superstición hace que un mismo ente denote una cosa y su contraria. Pasa con los búhos. No hace mucho le regalaron a mi compañera un búho en cristal de Swarovski, que dicen que da buena suerte. Ya hubo otro búho de cerámica en casa, aunque acabó rompiéndose en alguna de esas jornadas homéricas de limpieza y expurgo del hogar (Esto a mí me desazonaba cuando veía hacerlo de niño a mi madre, y, ahora que participo en ellas en mi propia casa, no deja de provocarme cierta angustia). En otras épocas, empero, ha sido este ave rapaz signo de mal agüero. Ayer me contaba mi madre que cerca de la piscina del bloque donde vive uno de mis hermanos había sido visto un búho, y que esa noche murió uno de los vecinos. Me sentí entonces catapultado a uno de los recuerdos más vívidos de mi infancia. Vivía en una casa de vecinos en el barrio de Santa María de Cádiz, en un tercero con balcones a la calle, y una tarde apareció un búho que se posó sobre el cableado eléctrico que colgaba de un lado a otro de la calle. La gente lo miraba desde los balcones con respeto y cierta prevención. Me llamaron la atención los enormes ojos de la criatura, que parecían girar con independencia del movimiento de su cabeza. Me pareció siniestro y ominoso. Esa noche murió inopinadamente una vecina de la casa. No he vuelto a ver desde entonces a ningún otro búho, y, ciertamente, no es que me vuelva loco encontrarme con otro.


Las noches de este último mes me ha estado acompañando la antología La piedra habla del poeta rumano Lucian Blaga (Visor). Leí la reseña que le dedicó Jaime Siles en el ABCD, y me atrajo su idea de que la cultura le había salvado en la censura comunista que lo aisló de la vida literaria e intelectual de su país. Poeta, dramaturgo, filósofo, traductor... una rica vida interior que se asomaba al mundo en una sobria mirada de reflexión y silencio. Esa autosuficiencia en la marginación me parece un ejemplo de sabiduría y grandeza. Su poesía inédita final, que mezcla visiones de la ruda aldea rumana de su infancia con fulgurantes y atropelladas metáforas en trasfondos bíblicos y mitológicos, indaga en esa realidad mágica e inasible que el poeta prefiere sentir deslizarse, fugaz, entre sus dedos de tiempo.



Mis ruegos han sido oídos, y ha empezado a llover, con intenso aparato eléctrico, como debe ser. Espero días con claros y nubes, que fortalezcan mi esperanza.

6 comentarios:

Paco Gómez Escribano dijo...

Cierto lo que dices sobre los significados. Y no digamos ya si cambias de país y de cultura. Lo que aquí es bueno, allí es malo y viceversa. Un abrazo.

Máster en nubes dijo...

Oye, me ha entrado miedo, y eso que me gustan los buhos, las lechuzas, las rapaces en general.

Aquí ha llovido algo también y se ha aclarado el ambiente con las tormentas.

Un abrazo

Grandolina dijo...

Hola José Miguel!

Tu relato sobre los búhos me ha dejado un tanto impactada. ¿Crees realmente que la visión de un búho puede ser el anuncio de una mala noticia? A mi realmente lo que me asustan son las serpientes, las tengo espanto.

Veo que ya comenzaste tus clases en tu nuevo cole, ya nos iras contando como va el curso y todas sus anécdotas, que fijo que son muchas.

Tu blog tiene mucha calidad, más que la media de los blogs que yo veo por ahí, así que ánimo y adelante!!

Un beso.

José Miguel Domínguez Leal dijo...

Gracias, Paco, no perdamos nunca la capacidad de sorprendernos.
Un abrazo.

José Miguel Domínguez Leal dijo...

Pues es real, Aurora, aunque no soy supersticioso.
Es un placer tenerte por aquí.
Un abrazo.

José Miguel Domínguez Leal dijo...

No soy supersticioso, Grandolina. Ese recuerdo infantil me dejó impactado. Ignoro si habrá alguna secreta empatía, o si estos animales perciben de algún modo la muerte cercana.
Ya iré contando cosas, espero que buenas. La verdad es que estoy contento y esperanzado en mi nuevo trabajo.
Muchas gracias por tus palabras, Grandolina, a veces uno necesita que le den ánimos.
Un beso.