MEMORIA MÉTRICA

Miscelánea del escritor José Miguel Domínguez Leal

domingo, 10 de febrero de 2019

FEBRILIDAD




El catarro y la gripe han marcado el fin de la semana pasada y el comienzo de ésta. Recluido en casa, he vivido una especie de suspensión en el tiempo. La rutina del trabajo interrumpida, y adobado de soledad, tomo conciencia del fino hilo del que depende la cordura. Estuve, además, viendo los capítulos de la primera temporada de una teleserie americana, True detective, que ha empeorado este estado de ánimo perverso. Uno de los atormentados protagonistas se sitúa al margen de la realidad convencional, siempre al filo de la navaja de su síndrome postraumático de exinfiltrado de Narcóticos, y filosofa y divaga sobre la fatal circularidad del tiempo (Nietzsche barato) mientras investiga los crímenes rituales de un grupo de pedófilos sudestadounidenses. Todo esto sucede mientras leo de noche As I lay dying de Faulkner, novela basada en la técnica del monólogo interno o "corriente de conciencia" (ya de un color de época muy ajado) situado en el mismo ambiente. He estado varias veces a punto de dejarla, pero me he propuesto terminarla leyéndola a la velocidad del pensamiento de los protagonistas que Faulkner pretende reproducir. Tal cosa me pasa porque decidí hace algún tiempo que fuera el azar el que determinara los libros que voy leyendo de mi biblioteca, veteada de libros en alemán, griego, inglés, italiano, y latín.
Lo que es normal para mí para otros no lo es. Cada día ganado a la muerte es una victoria. Al fin, el desenlace de la serie es forzado, introduciendo con calzador y en un entorno sórdido la reconciliación del personaje aludido con lo trascendente, al ver éste "la luz al final del túnel" en la guarida del asesino, desenlace destinado, a la postre, al gran público, y yo vuelvo a la calle y al trabajo como la nave espacial que sale al espacio a exponerse a la radiación libre de los rayos cósmicos, sabiendo que si no hay verdaderas ataduras, no hay necesidad de sumisión.
En la calle, ¡ay! me volví a encontrar con la marea creciente de los chaquetones, anoraks, y abrigos acolchados con capucha, que podría ser el uniforme ideal para las castas inferiores imaginadas por Aldous Huxley en su Brave New World, hasta tal punto muestra el adocenamiento, la uniformidad y falta de variedad de modos de vida y pensamiento de una sociedad que vive sometida, en este caso, a las estrategias de venta de las compañías textiles que aumentan sus beneficios utilizando así las mismas cadenas de producción para la ropa deportiva y la de línea.


Imagen: anónimo, colección ABCD, vía Art Blart blog.

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