Sí, resuena en mi cabeza la vieja canción de Leño, maneras de vivir. Pero in malam partem. Estoy enfermo y de baja por un proceso neumónico. Tengo que hacer reposo, y no salgo de casa desde el jueves pasado. Se fastidió el puente (compadezco, de paso, a los pobres viajeros que se han quedado atrapados entre el chantaje de los controladores aéreos y la incompetencia del gobierno). Me hubiera gustado ir a Sevilla (saludos también a los amigos blogueros sevillanos) , pero no va a poder ser esta vez. Sí estoy teniendo tiempo, en cambio, para leer, ver películas y preparar alguna cosa de la edición de mi tesis y del trabajo. También he escrito un par de poemas, que es tiempo ciertamente ganado. Me fastidia, sin embargo, no poder salir de casa, y en situaciones como ésta, se empieza a divagar y a perder -gracias a Dios- el sentido de la rutina.
Dispongo de una biblioteca que cuenta con una mesa-escritorio, donde escribo todas estas tonterías, y en el trozo de pared frontero, a la altura de mis ojos, tengo colgado un dibujo que me hizo un compañero en una de esas largas reuniones-río vespertinas propias de los institutos. Llegados a cierto momento de saturación, unos a veces desconectamos interiormente, y otros entran en paranoia. El compañero en cuestión se puso a dibujar muertes. Muertes de profesores por especialidad. Por ejemplo, a la profesora de biología la hacía perecer atada a una silla y dentro de una pecera, y al profesor de gimnasia en una picadora de carne. De acuerdo, estas muertes pueden responder a una lógica perversa, pero no entiendo por qué al profesor de matemáticas le pegaba morir en la silla eléctrica. Sigo sin verle el sentido, aunque él dijera que lo tenía. A mí como soy el de francés, me hacía sucumbir, obviamente, bajo la guillotina.
La muerte da para mucho: el Humanismo (cristiano, o no) afrontó la reflexión sobre la muerte como necesaria para la comprensión de la vida, y la muerte adquirió un valor ejemplarizante, positivo o no, como culminación de un consecuente proceso vital. Ahí están en clave de humor los impagables gags llamados "muertes famosas", que hacían los inolvidables Faemino y Cansado, con su mezcla de falsa ingenuidad y cultura literaria (que se hace cada vez más huidiza), o los llamados Darwin awards, "Premios Darwin", que algunos tipos con mucho humor negro dan en EE.UU. a las muertes más estúpidas, y que -dicen- contribuyen a la Selección Natural eliminando del fondo genético a estos finados (dieron lugar estos premios a una muy divertida película homónima, con una resucitada Wynona Ryder). La perversidad eugenésica es aquí subyacente.
Lo malo es que de la muerte se huye cada vez más, con lo que se acaba por frivolizar la vida, y poner el control de ésta en manos de los políticos, que facilitan, por un lado, la muerte cada vez más temprana en el vientre materno, y, por otro, la aceptación progresiva de la eutanasia, disfrazándola de "muerte digna". Si todos somos animales, ¿que más da que alguien decida lo que es bueno para tí?
Creo recordar que en el Bushido se aconsejaba a los samurais imaginarse cada mañana al despertar muriendo de diversas maneras para perder el miedo a la muerte. Yo ya tengo algo que mirar todos los días, aunque es muy improbable que muera de esta manera, o que pierda el miedo a morir. Aunque sí aprendes a quitarle importancia a ciertas cosas, y a reírte de la estupidez circundante, empezando por la propia.
7 comentarios:
Joder, me he dado una vuelta por los blogs y estáis todos enfermos, toco madera mientras tomo un vermucito. Mejórate, José Miguel. Un abrazo.
Muchas gracias, Paco. A tí te veo, por el contrario, en excelente forma en los saraos literarios y escribiendo notables crónicas.
Un abrazo.
A mí la guillotina me ha cortado el punto también este puente. El tiempo se va y los proyectos se acumulan.
Espero que te mejores, José Miguel. Y mientras tanto, que leas mucho y veas muchas películas, que con las lluvias tenemos los días últimamente para eso.
Un saludo.
Jorge Andreu
PD: Por cierto, soy nuevo aquí. Estoy al otro lado de la pantalla desde hace unas semanas. Espero que no te importe.
Muchas gracias, Jorge, por tus buenos deseos. No me importa en absoluto, es más, sé bienvenido. Te he anexado a mi lista de blogs.
Cordiales saludos.
Bueno la guillotina, mientras estuviera bien afilada, era un método rápido y casi bastante eficazjejeje.
me ha agradado disfrutar de tus profundas y racionales reflexiones sobre la muerte, croe que algunos días le damos vueltas a ese tema, y no es recurrente, es obligado. porque de una u otra forma así acabaremos: muertos.
Un placer visitarte.
UN abrazo.
Muchas gracias por tu visita, Moderato, y sé bienvenido.
Un abrazo.
Muchas gracias, Luis. No atino a acceder a tu correo, así que te dejo el mío: jmdleal@gmail.com
Saludos.
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