Leo en el blog de J. M. Ridao que ahora duerme menos. Así, me veo yo ahora, al borde de medianoche, muerto de sueño, y, no obstante, con el "mono" de escribir algo. Esto del blog está cambiando mis hábitos, aunque no sé todavía calibrar cómo. La música, ciertamente, está llenando estos últimos días. Aprovecho la celebración del VII Festival de Música Española para asistir a conciertos que el resto del año no se programan en esta ciudad de provincias, mucho más pendiente de los siete toros que se le escaparon al Mr. Marshall de turno por poner burladeros de atrezzo (Cádiz no es Pamplona, ni encontrará quien lo cante). El domingo pude disfrutar del concierto que ofrecieron los hermanos pianistas Víctor y Luis del Valle. Gocé mucho viendo sus caras de embeleso y picardía interpretando a cuatro manos una sonata de Mozart, como atrapados en una infancia que resucita en el ambiente moroso y juguetón de un andante. Lo único malo fue que al ser gratis el concierto (con invitación), había gente que se ponía a hablar durante la actuación (la gente es desdichada -hacía decir Andrew Holleran a uno de sus personajes- porque ha perdido la capacidad de prestar atención-), o a beber y a comer..., pues si hay que pagar, aunque sea 12€, uno se encuentra en el Falla con menos de medio aforo, como esta noche. Disfrutad, si podéis, de esta música.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
El blog es una droga bastante potente, según mi experiencia, aunque no parece demasiado dañina, al menos por ahora. Qué suerte tener tiempo (o libertad, más bien) para ir a conciertos.
Sarna con gusto no pica, tocayo. Lo de los conciertos es la excepción a la regla. Un saludo.
Publicar un comentario