MEMORIA MÉTRICA

Miscelánea del escritor José Miguel Domínguez Leal

viernes, 3 de julio de 2020

TÁNGER





Nicolas Comment


Una mujer cruza la puerta a su verdadera identidad en Tánger, ciudad natal del escritor Tahar Ben Jelloun, autor de L'enfant de sable, libro que he leído con mis alumnos de Bachibac durante cuatro cursos. La historia de Ahmed, nacido mujer pero obligado por su padre a vivir como hombre para que no se perdiera la herencia familiar según la ley coránica, hasta que en su juventud decide liberarse de esa carga esquizofrénica y asumir su verdadera identidad sexual, que tampoco le proporcionará la felicidad.

Aunque lo que más me impresionó del libro fue la aparición de J.L. Borges como personaje cuando el hilo de la historia se pierde, o mejor dicho, se bifurca en las versiones aportadas por varios personajes. La novela deviene, así, un homenaje al "intrincado" escritor hispano, modelo de la ruptura narrativa de la obra del escritor marroquí, convertida en poética ruina circular. 

Cuando preguntaba por Borges, sólo uno o dos alumnos, como mucho, por curso lo conocían (el lector con un mínimo conocimiento lingüístico, e insumiso a la imposición totalitaria y acientífica del lenguaje inclusivo entenderá que eran chicos y chicas). Me parecía, por más que llevo años en la enseñanza siendo testigo del grado creciente de ignorancia de todo, increíble que no conocieran a uno de los autores más importantes del siglo XX. Había que hacer algo. Así que me puse a explicar las numerosas referencias y citas borgianas en la obra de Ben Jelloun, e ilustrarlas con audiciones de cuentos de Borges, y pequeños documentales y dramatizaciones, que explicaran también el cambio de estructura narrativa de la obra en estudio.

Recuerdo que el título del programa Bachibac para esas dos promociones era "La francofonía abierta a las culturas del mundo". Eso hace pensar que no existe una "Hispanofonía", pues no es necesaria, el castellano, luego español, fue asimilado como lengua madre de forma rápida en sus territorios de Ultramar, mientras que el francés quedó como la lengua administrativa de los colonizadores. La Francofonía como institución y precario proyecto de influencia neocolonial es un ejemplo de lo que Gustavo Bueno llamaba la diferencia entre los imperios generadores, como el español, que pretendió asimilar a los indígenas a su cultura, hecho variablemente censurable, pero que está en la base de la cultura híbrida de Hispanoamérica, y los imperios depredadores, como el francés, basado en la mera explotación de recursos y el racismo cultural estanco.

Tal explícita pasión borgiana sería, en fin, más extraña en un autor nacido en Francia, que suelen sobre todo leerse entre ellos, y permitía lanzar un anzuelo misterioso a los alumnos (¡uf! casi escribo 'alumnado') de lengua española, para lo que me tocó aportar el cebo.

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